Así estuvieron este martes las estaciones de combustible en la zona de frontera.
San Antonio, Estado Tachira.- Desde la implementación del cierre del tráfico vehicular por los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, las estaciones de servicio de combustible de los municipios limítrofes del estado Táchira lucen desoladas.
La medida de cierre de fronteras ordenada por el Gobierno venezolano comenzó a regir desde el pasado jueves y durante los días sucesivos fue disminuyendo sustancialmente la afluencia de vehículos hacia las estaciones de servicio, no solamente de San Antonio, Ureña, sino también de Rubio, los Capachos, donde está vigente el decreto de excepción.
A las estaciones de combustible nacionales de San Antonio, esporádicamente llegan vehículos a surtir gasolina y no hay las largas filas que se apreciaban en los días precedentes al cierre de fronteras. Pero no sólo son las gasolineras donde surten los carros particulares las que están desoladas, también las destinadas a los vehículos tipo taxis, transporte colectivo, por puesto y de carga.
El ambiente que se aprecia en las estaciones de servicio de los municipios limítrofes del estado Táchira es completamente distinto al que se vive cuando está abierto el paso fronterizo, con largas colas de vehículos, donde los usuarios demoran horas para poder abastecer combustible.
Además del cierre del paso por los puentes internacionales, los operativos de control y revisión que adelantan los organismos de seguridad que distintos barrios y sectores de los municipios donde rige el estado de excepción han causado temor en la gente que almacena combustible en viviendas y depósitos clandestinos, para luego pasarlo de contrabando hacia territorio colombiano.
Incluso el alcalde del municipio Pedro María Ureña, Alejandro García, dijo: “quiero exhortar a los contrabandistas que están botando los combustibles que tenían almacenados en sus casas, que no los han podido pasar por el torniquete que le tienen las Fuerzas Armadas a la frontera, que no lo boten a las alcantarillas, a los encloacados de las viviendas que habitan porque están convirtiendo esto en una bomba de tiempo”.
“Tenemos noticias de que por verter gasolina en una vivienda en La Esperanza explotó la cloaca y esto nos puede traer consecuencias lamentables; igualmente los lechos de las quebradas y el río están siendo contaminados por estos sinvergüenzas que están botando los líquidos en las corrientes, matando con ello el pescado y contaminando las aguas”, agregó el burgomaestre.