La calzada de la vía terminó de desbarrancarse, junto a otras 25 casas en el Antonio Nariño
Lo que se temía iba a pasar en el barrio Antonio Nariño de Villa del Rosario, con las casas que quedan en pie en el sector, luego de la caída de varias viviendas el viernes pasado, sucedió ayer.
El aguacero que cayó sobre el Área Metropolitana entre las 10:30 de la noche del domingo y las 7:30 de la mañana de ayer tumbó otras 25 casas. Es decir 40 unidades habitacionales se han caído.
El lunes Consuelo Arciniegas, sus dos hijos, su hermano y su cuñada, decidieron finalmente abandonar el techo que por 18 años tuvieron en la carrera 11A del sector.
Una casa amplia, levantada con sacrificio, construida cuidando los detalles, con un gran patio, sus cuatro habitaciones y sus pisos brillantes quedaron atrás.
La casa se agrietó ayer y el riesgo de caerse en inminente.
“Da mucho dolor pero es preferible salvar las vidas y las cosas”, dijo. Otras cinco casas vecinas también fueron evacuadas. Al salir a los patios lo que se ve es un profundo y gran hueco que ha ido como comiéndose las casas.
Mientras La Opinión permanecía en el lugar, en frente iban cayendo por la ladera piedras y el lodo rojo.
Unos 40 metros lineales de la calle 11A prácticamente desapareció, las placas de concreto terminaron de escurrirse por el barranco. Las calles están llenas de un espeso barro, resbaladizo que impide correr. Incluso era necesario usar botas para poder transitar.
En la calle siguiente, más alejado del lugar del siniestro y menos expuesta, Pablo Mise, quien hace nueve años decidió levantar una casa en un lote propiedad de su padre, también hacía maletas para abandonarla. “La verdad es que decidimos salir junto con mi esposa y cuatro hijos porque el riesgo es latente”, y recordó que una situación muy parecida, pero menos catastrófica se vivió en el sector, hace 13 años.
“Hace varios años vivimos algo parecido y en ese entonces se levantó una especie de muro de contención en la parte trasera de los patios que daban al barranco. Nosotros somos conscientes de la inestabilidad del terreno, pero nunca imaginamos que esto iba a ser tan terrible”, dijo Elda López, otra mujer que no va a esperar correr la misma suerte de sus vecinos.
En total según la Alcaldía unas 25 casas están en riesgo de caerse.
Será desocupado
El aguacero que cayó sobre el Área Metropolitana entre las 10:30 de la noche del domingo y las 7:30 de la mañana de ayer tumbó otras 25 casas. Es decir 40 unidades habitacionales se han caído.
El lunes Consuelo Arciniegas, sus dos hijos, su hermano y su cuñada, decidieron finalmente abandonar el techo que por 18 años tuvieron en la carrera 11A del sector.
Una casa amplia, levantada con sacrificio, construida cuidando los detalles, con un gran patio, sus cuatro habitaciones y sus pisos brillantes quedaron atrás.
La casa se agrietó ayer y el riesgo de caerse en inminente.
“Da mucho dolor pero es preferible salvar las vidas y las cosas”, dijo. Otras cinco casas vecinas también fueron evacuadas. Al salir a los patios lo que se ve es un profundo y gran hueco que ha ido como comiéndose las casas.
Mientras La Opinión permanecía en el lugar, en frente iban cayendo por la ladera piedras y el lodo rojo.
Unos 40 metros lineales de la calle 11A prácticamente desapareció, las placas de concreto terminaron de escurrirse por el barranco. Las calles están llenas de un espeso barro, resbaladizo que impide correr. Incluso era necesario usar botas para poder transitar.
En la calle siguiente, más alejado del lugar del siniestro y menos expuesta, Pablo Mise, quien hace nueve años decidió levantar una casa en un lote propiedad de su padre, también hacía maletas para abandonarla. “La verdad es que decidimos salir junto con mi esposa y cuatro hijos porque el riesgo es latente”, y recordó que una situación muy parecida, pero menos catastrófica se vivió en el sector, hace 13 años.
“Hace varios años vivimos algo parecido y en ese entonces se levantó una especie de muro de contención en la parte trasera de los patios que daban al barranco. Nosotros somos conscientes de la inestabilidad del terreno, pero nunca imaginamos que esto iba a ser tan terrible”, dijo Elda López, otra mujer que no va a esperar correr la misma suerte de sus vecinos.
En total según la Alcaldía unas 25 casas están en riesgo de caerse.
Será desocupado
La alcaldesa de Villa del Rosario Emperatriz Misse Millán confirmó a zfrontera que se harán las gestiones del caso para evacuar el mayor número de viviendas posibles y se prohibirán nuevas construcciones, tanto ahí como en el barrio Santander.
“Ya hemos dialogado con la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), para hacer un programa de reforestación y construir unos gaviones. En esta zona no puede volverse a construir”, dijo la mandataria.
La administración local está garantizando el arriendo por ahora a 15 familias que salieron desde el viernes pasado. Y se les dará el mismo beneficio a las familias que salieron ayer del barrio y no se alojan en los albergues provisionales.
En la Institución Educativa Manuel Antonio Rueda Jara, sede Antonio Nariño, están alojadas 19 familias que perdieron sus casas o están a punto de caerse. Allí recibieron colchonetas y kits de aseo y comida. “pero necesitamos más comida porque está llegando más gente y se la comida va escaseando”, dijo Jaime González.
La alcaldesa Emperatriz Mise además reportó emergencias en Villa Antigua y en La Esperanza.
Mientras que en el corregimiento de La Parada se levantan gaviones para evitar que el río Táchira vuelva a inundar este sector de Villa del Rosario.
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