domingo, 11 de diciembre de 2016

Nueva modalidad de estafa en Cúcuta desde las cárceles

La Policía descubrió que los presos de diversas partes crean falsos secuestros mediante llamadas telefónicas.

Ni siquiera estar pagando condenas en cárceles de diferentes ciudades del país es impedimento para que algunas personas sigan cometiendo delitos. Desde Ibagué y Boyacá, a través de llamadas telefónicas desde la prisión, se han tratado de estafar a personas en Cúcuta.
El grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula) en Norte de Santander, ha detectado una nueva modalidad de estafa que se está desarrollando en esta zona de frontera, en la que se intimida a la víctima por celular con la intención de buscar un pago de dinero rápido.
El engaño consiste en ofrecer un tipo de negocio llamativo a empresas que hacen domicilios o a personas que utilizan un medio de transporte para hacer trasteos o servicios similares, para que accedan a ir a zonas fuera del casco urbano.
Una vez estando en lugares de difícil señal de telefonía celular, las víctimas reciben una llamada en la que les advierten que están vigiladas bajo el mando de algún grupo armado ilegal que delinque en la zona con la intención de que sigan algunas indicaciones.
Precisamente, les exigen que estacionen el vehículo en el que se movilizan y que apaguen el celular para no atentar contra sus vidas.
Mientras las víctimas están atemorizadas y acceden a las pretensiones de los supuestos delincuentes, estos se comunican con la empresa a la que han pedido el domicilio y exigen un pago que oscila entre uno y 20 millones de pesos, en las próximas dos horas, para regresar a sus empleados.
“Les dicen que los tienen secuestrados por estar en una zona donde no les corresponde para que los empleadores paguen el dinero”, explicó el comandante del grupo Gaula, capitán Carlos Arturo Robayo Rodríguez.
Robayo aseguró que en este tipo de estafa el accionar delictivo se comete siempre a través de una llamada telefónica, en la que no se da una retención física por parte de ninguna persona o algún grupo armado.
“Las víctimas siempre hacen caso a lo que les piden, porque ya se encuentran en una zona rural o en una trocha, pensando que les va a pasar algo”, afirmó.
En noviembre, el papá del dueño de un reconocido restaurante de Cúcuta fue víctima de esta modalidad. Los delincuentes hicieron un pedido de 120 almuerzos que debían ser entregados en una finca del corregimiento San Faustino.
Sin embargo, en medio de las indicaciones para la entrega del llamativo pedido la víctima que iba en compañía de otro empleado del restaurante llegó a una trocha de esta zona, donde recibió una llamada en la que se aplicó el procedimiento antes mencionado.
No obstante, la oportuna alerta al grupo Gaula de la Policía, permitió establecer que este caso era uno más de esta modalidad de estafa.
Tras un proceso de investigación que duró al menos dos horas, las autoridades ubicaron a las víctimas en el mismo lugar en que les pidieron que se parquearan y apagaran el celular; a pesar de que ya se había hecho una exigencia de dinero, el dueño del establecimiento no pagó.
Recomendaciones
El capitán Robayo pidió a los empresarios que tengan una base de datos de las personas que llaman a hacer pedidos a domicilio, para tener conocimiento de sus clientes.
Asimismo, pedir una dirección exacta del destino, números telefónicos para confirmar el pedido.
En lo posible tener sistemas de ubicación digital de los vehículos de la empresa para estar en contacto por donde se movilizan.
Evitar comprometerse a entregar domicilios en lugares apartados de la ciudad sin tener una referencia confiable.
Alertar al grupo Gaula a la línea 165 o al número 3134042468, del comando de esta unidad policial.
Otras modalidades
El Gaula dio a conocer otro tipo de modalidades de estafa que comúnmente se registran en esta zona del país.
Una llamada telefónica en la que se advierte de la presunta captura de un familiar y en la que se exige un pago entre 200 mil y 3 millones de pesos para dejarlo en libertad.
Mensajes de texto con falsos premios de reconocidas empresas del país y en la que se exigen hasta dos millones de pesos en recargas a números de celular para hacer efectivo el premio.
Falsas promesas de empleo y préstamos en las que se piden un adelanto de dinero para presuntos trámites.
Llamadas carcelarias en las que se hacen pasar por miembros de grupos armados ilegales para pedir dinero a cambio de no atentar contra la vida de las víctimas y su familia.
Presuntas llamadas bancarias en la que piden el número de tarjeta de crédito para confirmar supuestas comprar y de esta manera clonarlas.
Falsas incorporaciones a instituciones del Estado en la que piden adelantos de dinero.
Piden una llamada a alguna persona en sitio público haciéndose pasar como víctimas de un robo; los delincuentes llaman a un contacto de la persona que presta el celular y tras dar las descripciones de la víctima les dicen que está secuestrada y piden un pago inmediato.
Fuente: La Opinión.com

No hay comentarios:

El apoyo de la gente fue importante en el proceso: Eugenio Rangel

En diálogo con La Opinión, el mandatario del municipio metropolitano entregó detalles de cómo fue ese proceso, el trabajo que vi...