lunes, 30 de enero de 2012

Acoso de bandas criminales podría empeorar en 2012

El fortalecimiento, en 2011, de las estructuras irregulares dedicadas al narcotráfico en Norte de Santander, especialmente en Cúcuta y su área metropolitana, así como su férrea disputa por el control del negocio, dejaron al departamento sumido en una delicada situación de violencia, que podría, incluso, tender a empeorar durante los próximos meses.

Así se desprende de un informe presentado por la Fundación Progresar en el que da cuenta de un considerable agravamiento del panorama en materia de Derechos Humanos como consecuencia del creciente fenómeno de ilegalidad en que está sumida la frontera.

A esto le suman, el aparente fortalecimiento de las organizaciones guerrilleras que tienen presencia en la región, las cuales habrían extendido su radio de acción, especialmente en la zona de El Catatumbo y Ocaña, y por ende incrementado el número de hombres y de cuadrillas, con miras a salvaguardar el negocio de la droga.

Negocio que ha desencadenado una evidente alianza entre los grupos armados ilegales con las bandas criminales, trayendo consigo el desplazamiento de la violencia a las zonas urbanas, en particular las del área metropolitana de Cúcuta.

Para Progresar, todo esto es lo que ha desatado una especie de guerra urbana en la que las distintas modalidades de homicidio, como el sicariato, y la utilización de armas de fuego se han disparado en el último año.

“Nosotros lo que hemos advertido es que estas bandas no aparecen de la nada, no aparecieron este año, sino que vienen desde el proceso de desmovilización de las autodefensas en El Catatumbo y que son consecuencia de los errores que se cometieron en el proceso de desmovilización de las autodefensas”, manifestó el director de la Fundación Progresar, Wilfredo Cañizares,

Homicidios, por encima de la tasa nacional


De acuerdo con las cifras manejadas por Progresar, y que se desprenden de los informes entregados por Medicina Legal, durante el 2011 un total de 373 personas fueron asesinadas en el área metropolitana, entendida esta como Cúcuta, Villa del Rosario y Los Patios.

Sólo en la capital de Norte de Santander, el número de personas a quienes les segaron la vida alcanzó las 312, seguida de Villa del Rosario, con 35, y Los Patios, 26.

Del total de asesinatos cometidos en Cúcuta, el 90% se perpetró con arma de fuego, una cifra que para Progresar es altamente preocupante, toda vez que supera a la tasa nacional en un 20%.

En Villa del Rosario y Los Patios, los homicidios cometidos con arma de fuego equivalen al 88%, es decir 18% más que la media nacional que se ubica en 70%.

Según Progresar el panorama en estos dos municipios es mucho más que gris, puesto que la cifra del año que terminó se dobló frente al 2010.

Otro de los aspectos sobre los que llamó la atención la ONG tiene que ver con el alto porcentaje de jóvenes que están siendo asesinados, sobre todo, a plena luz del día y en lugares públicos.

De acuerdo con los datos que maneja Progresar, el 65% de los homicidios cometidos en el 2011 (246) corresponde a personas entre los 15 y los 34 años.

Entre tanto, el número de muertes se sigue concentrando en los sectores más populares de la ciudad, es decir, las comunas seis, siete, ocho y nueve, lo cual para Progresar tiene un mensaje implícito.

Desaparición forzada, un fenómeno que se mantiene

Con relación al fenómeno de desaparición que por años ha castigado a Norte de Santander, Progresar advierte que seis municipios siguen registrando el mayor número de personas que son arrebatadas de sus hogares.

La lista la encabeza Cúcuta, con 154 personas, seguida de Tibú, con 56; Villa del Rosario, 15; Puerto Santander y Sardinata 8, y cierra Ocaña con 7 registros de desaparecidos.

El histórico de casos en el departamento, desde el año 2000 aproximadamente, se ubica en 2.317 desaparecidos de los cuales 1.912 son hombres y 405 mujeres.

Sin embargo, el 90% de los desaparecidos los sigue aportando el área metropolitana de Cúcuta.

Esto en razón a que, según la lectura que hace Progresar, las bandas criminales como Los Rastrojos y Los Urabeños mantienen la práctica que hace más de 10 años impusieron las autodefensas en el departamento.

“En muchos casos hemos detectado que los cuerpos de las personas desaparecidas son enterrados en territorio venezolano. Esto con el objetivo de desaparecer cualquier posibilidad de encontrarlos”, explicó Wilfredo Cañizares.

El director de la Fundación sostuvo que la mayoría de casos corresponde a personas que son declaradas por las bandas criminales como objetivo militar. Gente del común como comerciantes, transportadores, vendedores ambulantes, pimpineros que no se someten a extorsiones o que por sospecha son desaparecidos y posteriormente asesinados.

Desplazamiento


Pese a que este es uno de los fenómenos en los que más se han reducido las cifras en Norte de Santander, después de ser uno de los departamentos con más desplazados del país como consecuencia de la violencia, la Fundación Progresar asegura que el desplazamiento ‘gota a gota’ se mantiene.

Es decir, paulatinamente familias o personas siguen siendo obligadas a salir de su territorio producto de las amenazas de bandas criminales y las extorsiones que imponen estos mismos grupos.

Los municipios en los que se sigue concentrando el mayor número de población desplazada son: Tibú, El Tarra, El Carmen, Teorama, Convención, San Calixto, Hacarí y Ocaña.

Amenazas


Durante el 2011 la Fundación Progresar atendió 25 casos de personas amenazadas en el área metropolitana de Cúcuta, en su mayoría líderes de organizaciones sociales, sindicalistas, líderes comunales, defensores de Derechos Humanos y representantes de víctimas.

De estas denuncias, 18 fueron atendidas por el Gobierno Nacional, quien por intermedio del Ministerio del Interior se puso al frente de la protección de los amenazados.

Según Progresar, el año pasado tres líderes sociales tuvieron que salir de la ciudad, producto del agravamiento de las amenazas en su contra y dos miembros de organizaciones sindicales fueron asesinados.

“Esto tiene que ver, en la mayoría de los casos con la presencia de bandas criminales en comunas y barrios de Cúcuta, Villa del Rosario y Ocaña. Consideramos que estos grupos criminales ven como un riesgo el trabajo que adelantan los líderes sociales y representantes de la organización civil”, sostuvo Cañizares.

Estrategia de lucha contra la criminalidad


Frente a la dura realidad que afronta Cúcuta, su área metropolitana y en general Norte de Santander, en donde la violencia se ha agudizado en estas primeras semanas del año, la Fundación Progresar sostuvo que es urgente diseñar una estrategia de lucha contra la criminalidad, con un enfoque multidisciplinario.

“Nosotros hemos insistido en que es necesario que haya un conocimiento a fondo de la problemática de ilegalidad y criminalidad que vive el área metropolitana de Cúcuta. Las autoridades no pueden seguir subestimando lo que está ocurriendo, manipulando cifras, subestimando hechos que se están dando en la frontera con Venezuela”, manifestó el director de la ONG.

Wilfredo Cañizares insistió en que no es posible que el presupuesto para seguridad en el municipio de Cúcuta siga siendo escaso, por lo que urgió al alcalde y al gobernador para que unan fuerzas en torno a la gestión de recursos a fin de implementar una estrategia que permita avanzar y superar el fenómeno de criminalidad que está viviendo la región, con un enfoque central de prevención en el que estén involucrados todos los sectores.

Tendencia al agravamiento


Si en el 2011 la crisis en materia de Derechos Humanos y violencia llegó a topes inesperados, la lectura que tiene la Fundación Progresar para 2012 no es más alentadora.

Transcurridas tan solo cuatro semanas del nuevo año más de siete ataques se han registrado en la zona de El Catatumbo, los cuales han enlutado a cinco familias, y dejado en zozobra a toda una región, que teme se repita la historia de sangre de otros años.

Al respecto, Wilfredo Cañizares, director de la Fundación Progresar sostiene que hay una evidente reactivación del accionar guerrillero en Norte de Santander, que podría, incluso, trasladarse a los sectores urbanos del área metropolitana de Cúcuta.

“La lectura que tenemos del 2012 es de un agravamiento de la violencia en el departamento. En segundo lugar, creemos que la situación va a ser más preocupante frente al tema de las bandas criminales. Consideramos que estos grupos van a seguir actuando en la región, pero sobre todo en el área metropolitana y su accionar va a estar acompañado de más homicidios, desapariciones, amenazas a líderes y van a seguir extorsionando a los ciudadanos”, sostuvo el defensor de Derechos Humanos.

Ante este panorama, Cañizares hizo un llamado al Gobierno Nacional y a los gobiernos locales a fin de que asuman “con decisión” el tema de la violencia urbana, la criminalidad, la ilegalidad y el orden público.

“Nos preocupa sobre manera los escasos recursos que hay en el departamento y en el municipio para enfrentar estas posibilidades de agravamiento de la situación de Derechos Humanos y de violencia en el departamento lo que amerita el liderazgo del gobernador y el alcalde en la consecución de recursos de aliados nacionales e internacionales y un aliado que es fundamental, la ciudadanía”, manifestó.

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