Todos celebraron con Osorio Botello, autor del segundo gol.
El semestre pasado, con Richard Páez nunca se resolvió en Millonarios una de las tantas incógnitas: ¿Quién acompañaría en el ataque a Humberto Osorio Botello, el único con puntería anotadora? La ecuación la vino a resolver Hernán Torres con Wason Rentería, quien el domingo anotó uno de los dos tantos de la victoria sobre el campeón Santa Fe.
El delantero chocoano es tal vez menos rápido que Wilberto Cosme y Orlando Berrío, pero mucho más intimidante y contundente en el área rival. La primera vez que recibió de frente y con espacio suficiente, enganchó hacia afuera y anotó (13’). Más allá de la expulsión que sufrió (53’), el goleador que necesitaba Millos ya está en casa y muy familiarizado.
En Santa Fe, por el contrario, se generó una nueva duda: ¿Quién reemplazará a Jonathan Copete? Evidentemente el atacante, que se convirtió en nuevo refuerzo de Vélez Sarsfield de Argentina, hizo falta y en la cancha Óscar Rodas no llenó su vacío. En la institución confían en que ese lugar lo ocupe Christian Borja, delantero que viene de jugar con Flamengo de Brasil y que en los próximos días firmaría su llegada.
En materia deportiva, lo cierto es que Hernán Torres le cambió el semblante a Millonarios: se vio un equipo que retrocede mejor, más seguro en el juego aéreo (de lo que es gran responsable el debutante Román Torres) y con un poco más de explosividad de mitad de cancha hacia adelante.
Tanto así que el equipo embajador no usó la banda izquierda por la timidez ofensiva de Hárold Martínez. Le bastó con Lewis Ochoa, el lateral derecho que en el minuto 29 desbordó hacia adentro y cuyo rebote soltó Camilo Vargas al centro, donde estaba Osorio Botello, habilitado, para marcar el segundo.
La línea de tres del Santa Fe campeón no funcionó ayer como de costumbre y de hecho el técnico Wilson Gutiérrez volvió a la línea de cuatro en el fondo para comenzar el segundo tiempo. Pero, con un hombre menos y el equipo recogido, Millonarios siguió siendo más lúcido y peligroso que su rival con el balón.
El “ole” invadió las gradas y Millonarios, nada menos, fue el verdugo de su eterno rival, que no perdía en El Campín desde el 14 de diciembre de 2011 (contra Once Caldas) y que no estrenó su corona como pensaba.
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