El horizonte de las alianzas políticas con miras a las elecciones de 2014 se despejó durante esta Semana Santa.
Los protagonistas fueron los expresidentes Andrés Pastrana (1998-2002) y Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), a quien los unió el mismo tema que los distanció en el pasado: la negociación de paz con las Farc.
Pastrana, desde hace tres semanas, se ha convertido en un contradictor permanente del presidente Juan Manuel Santos por la forma cómo adelanta el proceso de paz en Cuba. En entrevista con Colprensa a principios de marzo, el exmandatario empezó a detallar lo que es su fundamento para decir que sí desea la paz para la Colombia, pero no de la forma como lo está haciendo su ex ministro de Hacienda.
Sin embargo, fue en el congreso de la industria gasífera, que tuvo lugar en Cartagena, donde hace una semana Pastrana planteó de lleno sus críticas a lo que, según él, está pasando en esa negociación.
El expresidente conservador asegura que el país no sabe qué está comprometiendo el presidente Santos con la guerrilla en el proceso de La Habana. Incluso, aseguró que al momento de la firma de un eventual acuerdo el brazo armado de la guerrilla quedará por fuera, ya que no comparte estar sentado negociando.
Pero el detonante de la discusión se dio cuando Pastrana aseguró que Santos no tenía el mandato para hacer la paz. Esta postura llevó a la coincidencia con su sucesor Álvaro Uribe, quien aseguró que Santos fue escogido por su Gobierno para profundizar la seguridad democrática y acabar las Farc, más no para hacer un proceso de paz por el que no votaron los colombianos.
El caso San Andrés
Los protagonistas fueron los expresidentes Andrés Pastrana (1998-2002) y Álvaro Uribe Vélez (2002-2010), a quien los unió el mismo tema que los distanció en el pasado: la negociación de paz con las Farc.
Pastrana, desde hace tres semanas, se ha convertido en un contradictor permanente del presidente Juan Manuel Santos por la forma cómo adelanta el proceso de paz en Cuba. En entrevista con Colprensa a principios de marzo, el exmandatario empezó a detallar lo que es su fundamento para decir que sí desea la paz para la Colombia, pero no de la forma como lo está haciendo su ex ministro de Hacienda.
Sin embargo, fue en el congreso de la industria gasífera, que tuvo lugar en Cartagena, donde hace una semana Pastrana planteó de lleno sus críticas a lo que, según él, está pasando en esa negociación.
El expresidente conservador asegura que el país no sabe qué está comprometiendo el presidente Santos con la guerrilla en el proceso de La Habana. Incluso, aseguró que al momento de la firma de un eventual acuerdo el brazo armado de la guerrilla quedará por fuera, ya que no comparte estar sentado negociando.
Pero el detonante de la discusión se dio cuando Pastrana aseguró que Santos no tenía el mandato para hacer la paz. Esta postura llevó a la coincidencia con su sucesor Álvaro Uribe, quien aseguró que Santos fue escogido por su Gobierno para profundizar la seguridad democrática y acabar las Farc, más no para hacer un proceso de paz por el que no votaron los colombianos.
El caso San Andrés
Sin embargo, el tema del proceso de paz no es el único que por estos meses ha llevado a que los expresidentes Pastrana y Uribe hablen desde la misma orilla, también lo fue el fallo de La Haya por el caso San Andrés.
Ambos estadistas se apartaron del seno de la discusión de la política exterior del país, como es la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores, organismo que si bien es consultivo para los Gobiernos sí fija un norte en las decisiones que se toman frente a la política exterior.
Pastrana y Uribe, en posiciones independientes, coincidieron en señalar que el fundamento de La Haya de quitar soberanía a Colombia no fue por descuido de sus administraciones.
En lo que se distanciaron ambos expresidentes fue en la publicación de las actas. Mientras que Uribe acogió la idea del presidente Juan Manuel Santos de hacerlas abiertas, Pastrana consideró que eso solo serviría para que la actual administración cogiera un chivo expiatorio para evadir su responsabilidad en el trámite final ante La Haya.
Aliados naturales
Tras estos hechos que han vuelto cercanos a los dos ex jefes de Estado, la pregunta que ha empezado a surgir es hasta dónde este paso puede llevar a que se unan políticamente sus dos tendencias.
El Partido Conservador durante los ocho años de mandato de Álvaro Uribe fue el principal bastión para su gestión, lo cual lleva a pensar que en la actualidad este partido esté dividido sobre si deben continuar en la Mesa de Unidad Nacional con el presidente Santos o dar un paso al costado y formar alianza con el Centro Democrático de Uribe.
Una de las principales gestoras de esa idea es la exministra Marta Lucía Ramírez, hoy precandidata del conservatismo, quien asegura que el mejor camino que tiene su partido es buscar la unión con el uribismo.
Para Ramírez, la vocación de poder del conservatismo se puede dar con una alianza de este tipo, en donde incluso el partido podría volver a tener su propio candidato presidencial, que sería apoyado por el uribismo.
En el mismo sentido se pronunció el ex ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga, quien asegura que el Partido Conservador es el socio natural que tiene el verdadero uribismo, y aunque no anticipó quién sería el candidato presidencial, sí considera importante que las dos tendencias empiecen a trabajar unidas.
Para el senador conservador José Darío Salazar, su partido está en mora de salirse del Gobierno para buscar esa alianza con el uribismo porque, en su opinión, tiene las mismas banderas con las que políticamente trabaja el conservatismo.
Sin embargo, las posiciones de Ramírez, Salazar y hasta del propio Pastrana, no cuentan con mucho respaldo dentro de su colectividad porque en el momento aún prima más el respaldo de la línea política dura al presidente Santos y, por ende, lo que eso representa en su participación en el Gobierno.
Lo cierto es que ideológica y políticamente los expresidentes Pastrana y Uribe se están acercando en una alianza que parece no ser tan discreta como lo es el proceso de paz entre el Gobierno y las Farc en La Habana.
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