En el centro de Cúcuta, cientos de venezolanos forman largas filas para realizar sus giros internacionales.
La alta demanda de giros internacionales por parte de extranjeros que a diario cruzan la frontera con Venezuela, está desatando cuadros de represamiento en calles y parques de la ciudad de Cúcuta, donde se forman filas de 60 personas con intervalos de espera de hasta un día para reclamar su dinero.
Esta congestión de venezolanos, que se viene agravando por la ola migratoria de los últimos meses, se presenta específicamente en zonas como el centro de esa capital y en las bahías de los centros comerciales como el Ventura Plaza.
Allí, en donde están ubicados empresas de giros internacionales como Western Union, algunas organizaciones sociales y veedores de la comunidad han notado que esta aglomeración de usuarios esperando a realizar su trámite tiende a generar delicadas situaciones humanitarias.
Por ejemplo, algunas de estos ciudadanos extranjeros tienen que aguardar hasta 12 horas sin alimentación y sin lugar de descanso, para poder regresar a sus hogares en el lado venezolanos de la frontera. Esto sin contar a los escenarios de inseguridad en los que pueden verse expuestos.
“Esta problemática es preocupante, porque no son tres o cuatro, son muchas personas que sufren esto a diario y nos hemos vuelo indolentes al verlos todos los días ahí, esperando. Hemos concluido que el sistema está fallando, lo que vendría a ralentizar los trámites. Por eso pedimos que aumenten los controles y se garantice la cobertura en estos espacios de transacción”, explicó Yolanda Olarte, defensora de derechos humanos y veedora ciudadana.
En esta petición coinciden algunos profesionales del cambio de la ciudad, que aunque pertenecen al mismo renglón económico, el tipo de transacciones que manejan estas empresas depende de un esquema de regulación distinto, el cual es inspeccionado por la Superintendencia Financiera.
Muchos de estos empresarios de divisas cuestionan el tratamiento ofrecido hacia este grupo de migrantes y piden una intervención por parte de los organismos de control para que revisen en dónde radica la interferencia en el flujo de dinero, si el problema proviene de Venezuela o si la falla se estaría presentando de este lado de la línea divisoria.
“La situación es un poco crítica, porque uno ve largas colas que abarcan hasta dos cuadras. Desde primeras horas de la mañana, en estas oficinas reparten unos fichos y si se acaban atienden hasta ahí. Entonces son personas que vienen de partes alejadas de Venezuela y se tienen que pasar una o dos noches a la intemperie y esto agrava la problemática humanitaria que uno percibe en la ciudad”, puntualizó un representante de la Asociación de Profesionales del Cambio en Norte de Santander (Asocambio).
Fuente: El Tiempo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario