martes, 21 de junio de 2011

Un cordón ató las fronteras por los refugiados

Ayer la frontera se solidarizó con los refugiados colombianos que cruzan la frontera para buscar en Venezuela mejores oportunidades de vida

Durante la celebración del Día Mundial del Refugiado, Colombia y Venezuela quedaron atados de manera simbólica por lazos de solidaridad para con esas personas que un día tuvieron que huir del hogar habitual para ponerse a salvo.

Estudiantes de las universidades Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander (UFPS) por Colombia y Universidad de Los Andes por Venezuela,  junto al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Consejo Noruego, Caritas, BBVA Colombia, participaron de los actos conmemorativos, que tuvieron lugar en el parqueadero de Punto Clave, Ureña, a pocos metros del puente internacional Simón Bolívar que une a esa localidad tachirense con Cúcuta (Norte de Santander).

Bajo el lema ‘Ponte en los zapatos de un refugiado y da el primer paso para entender su situación”, los participantes buscaron visibilizar uno de los problemas más preocupantes del mundo, como el drama que viven cientos de miles de refugiados que por diferentes motivos, especialmente conflictos internos y la violencia, han tenido que salir de los países de origen.

La actividad en la que participaron representantes de las alcaldías de Ureña y Cúcuta, la Gobernación de Norte de Santander y la Pastoral de la Diócesis de Cúcuta, tuvo como acto central el momento en que los estudiantes unieron con cordones de manera simbólica las fronteras colombo venezolanas.

La actuación de los artistas Sebastián Yepes y César López (Colombia) y José Rojo (Venezuela), cerraron la actividad, que tuvo poca participación del público de la frontera.

En 2010 Táchira recibió la mitad de las personas que buscaron refugio en Venezuela, que ingresaron por los puentes internacionales Francisco de Paula Santander entre Cúcuta y Ureña y Simón Bolívar entre Villa del Rosario y San Antonio del Táchira.

Se estima que 43.000 personas en Táchira no han acudido al procedimiento para logar la condición de refugiados, convirtiéndose en población invisible, que está ahí y de alguna manera se integra localmente para buscar solución a su problema.

Acnur promueve con las personas que tienen la condición de refugiados, proyectos de desarrollo comunitario e integración local que permiten tener presencia en las comunidades y apoyar iniciativas puntuales.

Así mismo, facilita el acceso a programas de microcréditos, que tienen una alta tasa de repago, lo que indica que los colombianos que están integrados en comunidades son muy buena paga y reciben pequeños apoyos con los que han iniciado microempresas en territorio venezolano.

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