Se perfila como el gran favorito para ganar las primarias de la oposición el próximo domingo y enfrentar al presidente en las elecciones del 7 de octubre.
El historial de Henrique Capriles Radonsky acumula una victoria importante contra el chavismo: un gran combate ganado a uno de los pesos pesados del Partido Socialista Unidos de Venezuela (Psuv), un soldado popular y hombre de confianza de Hugo Chávez. Diosdado Cabello, exvicepresidente de la República, cayó a fuerza de votos cuando disputó contra Capriles la gobernación de Miranda. Era noviembre de 2008 y en las elecciones regionales el Psuv pasó como una aplanadora por toda Venezuela, dejando en manos de la oposición sólo tres de los 23 estados que componen el país.
Miranda fue uno de esos estados, y Capriles un candidato joven que supo llegar al electorado con propuestas frescas y con buenos antecedentes de gestión durante la alcaldía del municipio de Baruta (2000-2008). La respuesta fue positiva con el beneficio del 52,5% de los votos, registro que lo convirtió en una de las figuras de mayor proyección dentro de la oposición y en hombre capaz de batallar contra el avance de la llamada Revolución Bolivariana.
Actualmente, Diosdado Cabello ocupa la presidencia de la Asamblea Nacional y Capriles el primer lugar de las encuestas de la oposición, de cara a las primarias del próximo domingo. Es un momento significativo: apenas dentro de cinco días los votantes venezolanos acudirán a las urnas para escoger al rival que enfrentará a Hugo Chávez el próximo 7 de octubre, y las encuestas dicen que Capriles cuenta con la bendición de cerca del 39% del electorado. No tiene un perseguidor cercano; de segundo se ubica el gobernador de Zulia, Pablo Pérez, con el 19% de la intención de voto.
Henrique Capriles se sabe favorito. Ha tenido casi un año —desde que anunció sus intenciones presidenciales— para decantar sus propuestas. En diálogo con El Espectador, el candidato apuntó que ha concentrado sus esfuerzos en realizar una campaña “para llegar a todos los rincones del país. Creo que ahí está mi éxito, en desarrollar un contacto cuerpo a cuerpo con la gente, escuchar sus pedidos. Es la alternativa que tienes cuando te enfrentas a un presidente que carga un estudio de televisión a donde quiera que va”.
Chávez habla con convencimiento: “Les vamos ha ganar” ha sido una frase pronunciada varias veces durante las últimas semanas en los actos públicos. Lo dice porque los sondeos de los que tiene conocimiento el Gobierno respaldan su figura con el 70% de aprobación, pero Capriles anticipa que la pelea será “de burro cansado contra burro enérgico”.
Con los comicios cerca, Capriles ha aprovechado sus apariciones públicas para ir descubriendo poco a poco el destino que le tiene preparado a Venezuela en caso de que la victoria lo favorezca: “Soy un seguidor del modelo que le ha permitido a Brasil sacar a 30 millones de personas de la pobreza, además de generar una economía que no es el Estado dando dinero, sino el Estado siendo un orientador, un promotor”, dijo recientemente a la agencia EFE.
Para él, es allí donde está el punto más significativo de su campaña: “Chávez plantea el camino al socialismo, yo el camino al progreso”. El triunfo luce asegurado el próximo domingo. Desde que la Mesa de Unidad Democrática (MUD) se forjó para luchar colectivamente contra el chavismo en las legislativas de 2010, nadie ha logrado superar su imagen de contendor presidencial, a pesar de que todos sus líderes se posicionaran bien ante la opinión pública luego de que en el global de elecciones la oposición captara el 51% de los votos. Ya entonces Capriles se perfilaba como el elegido, una tendencia que se reforzó hace apenas semanas, cuando otra de las figuras adversas a Chávez, el exalcalde de Chacao, Leopoldo López, se unió a sus propósitos para trabajar en llave.
Hugo Chávez ha conseguido avances importantes en materia social, reconoce Capriles sin ningún pudor: “Puso el tema de la pobreza en primer lugar, que era algo absolutamente necesario. Pero el punto es que el gobierno se quedó corto en entender que todos los venezolanos merecemos una mejor vida”. Por eso pone énfasis en continuar las buenas relaciones que se han construido con Cuba y China, sin que esto signifique que los recursos venezolanos vayan a regalarse; por eso ofrece garantías a los empresarios que generan empleo, y por eso desde ya anuncia que no estará dispuesto a crear alianzas con objetivos políticos y armamentísticos, como con Irán: “Ya estamos en 2012 y este es el año del cambio”. Capriles no se ahorrará nada para ganar su segunda batalla.
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