Imágenes como estas, en las que uniformados buscan pistas de asesinatos en Villa del Rosario, son las que han hecho perder la percepción de seguridad del municipio. No obstante, se espera más pie de fuerza y cámaras de seguridad.
Para Aura Teresa Balmaceda, la percepción de seguridad en Villa del Rosario, municipio donde vive hace siete años, es nula. Asegura que teme salir en las noches a comprar el pan y la leche para el desayuno de sus hijos y su esposo, a quien decidió acompañar desde esa época a raíz de una oportunidad laboral.
Los robos, las rencillas y sobre todo, los 34 asesinatos que se han registrado en el municipio histórico en lo que va corrido del año, hicieron que ella y el padre de los tres niños diseñaran una especie de horario, en el que Aura Teresa solo sale en el día a hacer las compras, y las cosas extras que surjan en las noches las atiende él.
“Hace siete años también las cosas eran muy complicadas, pero ahora Villa del Rosario está imposible. Ya nos da miedo salir así sea a la esquina porque no se sabe en qué momento pasa la gente disparando, por eso siento que la seguridad es nula”, comentó la madre de familia.
Y ese precisamente, fue la cuestión que se trató ayer en el salón Eustorgio Colmenares de la Gobernación, donde se reunieron 20 de los 40 secretarios de Gobierno de los municipios para verificar qué tan productivas han sido las políticas de seguridad en cada uno de sus pueblos.
Mayra Gaona, gobernadora (e), explicó que el objetivo es fijar políticas de seguridad que generen una mejor convivencia, característica que Aura Teresa extraña al querer pasear con su familia a cualquier hora del día.
Pese a la desconfianza, el coronel Eliécer Camacho Jiménez, comandante de la Policía de Norte de Santander (Denor), habló ante los secretarios de Gobierno de Cucutilla, El Carmen, El Tarra, El Zulia, San Calixto, Villacaro, Los Patios, Lourdes, Pamplonita, Pamplona, Puerto Santander, Ragonvalia, Salazar de las Palmas, Bochalema, Herrán, Chitagá, San Cayetano, Villa del Rosario, Tibú, Cúcuta, y el alcalde de Labateca, José Eugenio Cáceres, quien representó al municipio.
El oficial les presentó la estrategia del plan nacional de vigilancia comunitaria por cuadrantes, que busca aminorar el impacto criminal en la región.
Señaló que se trata de un estudio que busca disminuir los espacios para los delincuentes, al conformar 1.000 cuadrantes de vigilancia en todo el territorio. “Cuando se aumente el pie de fuerza, nuestro personal tendrá menos sectores que controlar, esto fortalece el acercamiento con la comunidad y mejora tiempos de respuesta”.
Tras la explicación del coronel Camacho, sobre la forma en la que vienen funcionando los cuadrantes de seguridad y de cómo se espera ampliar la cobertura en aspectos comunitarios, el secretario de Gobierno de Pamplona, Carlos Omaña, expuso que en su municipio es necesario y urgente reforzar el personal policivo, en lo que coincidieron sus colegas para sus pueblos.
A los cuestionamientos el comandante de la Denor, resaltó que de los 20.000 policías que entrarán a reforzar el esquema en todo el país, espera que una buena porción sea para el departamento. “Es necesario más pie de fuerza, pero no tengo una fecha exacta en la que llegarán”, expresó Camacho Jiménez.
Entre contrastes y proyectos
En medio de la presentación de los esquemas de seguridad, acto que fue organizado por la secretaria de Gobierno de Norte de Santander, Nohora Oliveros, se conoció que el plan nacional de vigilancia por cuadrantes, en complemento con labores de investigación, ha dado resultados certeros en dos municipios.
Se trata de Pamplonita y Herrán, lugares donde no se han registrado muertes violentas hace 7 y 9 años, respectivamente.
Sin embargo este hecho contrasta con los 34 asesinatos que atormentan a Aura Teresa Balmaceda y a la comunidad rosariense y que catapultan al municipio a los primeros puestos de la lista como uno de los más violentos de Norte de Santander.
Yuditza Ordóñez Cruz, secretaria de Gobierno de Villa del Rosario, recibió con tristeza la comparación, al señalar que el suyo es uno de los municipios más generadores de violencia.
“El alcalde Carlos Julio Socha, está tomando acciones frente al tema y por eso le envió un oficio al gobernador solicitándole un encuentro con las autoridades venezolanas para fortalecer las acciones y combatir la delincuencia”, destacó la funcionaria, al referenciar que luego de los crímenes, la frontera es una ruta de escape de los autores.
Sin embargo, resaltó la labor de la Policía al contrastar también las 100 capturas y las incautaciones de armamento que se han hecho hasta el momento.
También explicó los detalles de un programa de seguridad que consiste en la adecuación de 11 cámaras de seguridad, que serán ubicadas en sectores álgidos de Villa del Rosario.
“Es un proyecto cofinanciado por la gobernación en el que el municipio dispuso de $130 millones. Las cámaras se ubicarían en los barrios Primero de Mayo, Santander y el Centro”
Con la Federación Nacional de Municipios esperan ampliar el proyecto de 11 a 30 cámaras para mejorar la seguridad de los sectores.
Los robos, las rencillas y sobre todo, los 34 asesinatos que se han registrado en el municipio histórico en lo que va corrido del año, hicieron que ella y el padre de los tres niños diseñaran una especie de horario, en el que Aura Teresa solo sale en el día a hacer las compras, y las cosas extras que surjan en las noches las atiende él.
“Hace siete años también las cosas eran muy complicadas, pero ahora Villa del Rosario está imposible. Ya nos da miedo salir así sea a la esquina porque no se sabe en qué momento pasa la gente disparando, por eso siento que la seguridad es nula”, comentó la madre de familia.
Y ese precisamente, fue la cuestión que se trató ayer en el salón Eustorgio Colmenares de la Gobernación, donde se reunieron 20 de los 40 secretarios de Gobierno de los municipios para verificar qué tan productivas han sido las políticas de seguridad en cada uno de sus pueblos.
Mayra Gaona, gobernadora (e), explicó que el objetivo es fijar políticas de seguridad que generen una mejor convivencia, característica que Aura Teresa extraña al querer pasear con su familia a cualquier hora del día.
Pese a la desconfianza, el coronel Eliécer Camacho Jiménez, comandante de la Policía de Norte de Santander (Denor), habló ante los secretarios de Gobierno de Cucutilla, El Carmen, El Tarra, El Zulia, San Calixto, Villacaro, Los Patios, Lourdes, Pamplonita, Pamplona, Puerto Santander, Ragonvalia, Salazar de las Palmas, Bochalema, Herrán, Chitagá, San Cayetano, Villa del Rosario, Tibú, Cúcuta, y el alcalde de Labateca, José Eugenio Cáceres, quien representó al municipio.
El oficial les presentó la estrategia del plan nacional de vigilancia comunitaria por cuadrantes, que busca aminorar el impacto criminal en la región.
Señaló que se trata de un estudio que busca disminuir los espacios para los delincuentes, al conformar 1.000 cuadrantes de vigilancia en todo el territorio. “Cuando se aumente el pie de fuerza, nuestro personal tendrá menos sectores que controlar, esto fortalece el acercamiento con la comunidad y mejora tiempos de respuesta”.
Tras la explicación del coronel Camacho, sobre la forma en la que vienen funcionando los cuadrantes de seguridad y de cómo se espera ampliar la cobertura en aspectos comunitarios, el secretario de Gobierno de Pamplona, Carlos Omaña, expuso que en su municipio es necesario y urgente reforzar el personal policivo, en lo que coincidieron sus colegas para sus pueblos.
A los cuestionamientos el comandante de la Denor, resaltó que de los 20.000 policías que entrarán a reforzar el esquema en todo el país, espera que una buena porción sea para el departamento. “Es necesario más pie de fuerza, pero no tengo una fecha exacta en la que llegarán”, expresó Camacho Jiménez.
Entre contrastes y proyectos
En medio de la presentación de los esquemas de seguridad, acto que fue organizado por la secretaria de Gobierno de Norte de Santander, Nohora Oliveros, se conoció que el plan nacional de vigilancia por cuadrantes, en complemento con labores de investigación, ha dado resultados certeros en dos municipios.
Se trata de Pamplonita y Herrán, lugares donde no se han registrado muertes violentas hace 7 y 9 años, respectivamente.
Sin embargo este hecho contrasta con los 34 asesinatos que atormentan a Aura Teresa Balmaceda y a la comunidad rosariense y que catapultan al municipio a los primeros puestos de la lista como uno de los más violentos de Norte de Santander.
Yuditza Ordóñez Cruz, secretaria de Gobierno de Villa del Rosario, recibió con tristeza la comparación, al señalar que el suyo es uno de los municipios más generadores de violencia.
“El alcalde Carlos Julio Socha, está tomando acciones frente al tema y por eso le envió un oficio al gobernador solicitándole un encuentro con las autoridades venezolanas para fortalecer las acciones y combatir la delincuencia”, destacó la funcionaria, al referenciar que luego de los crímenes, la frontera es una ruta de escape de los autores.
Sin embargo, resaltó la labor de la Policía al contrastar también las 100 capturas y las incautaciones de armamento que se han hecho hasta el momento.
También explicó los detalles de un programa de seguridad que consiste en la adecuación de 11 cámaras de seguridad, que serán ubicadas en sectores álgidos de Villa del Rosario.
“Es un proyecto cofinanciado por la gobernación en el que el municipio dispuso de $130 millones. Las cámaras se ubicarían en los barrios Primero de Mayo, Santander y el Centro”
Con la Federación Nacional de Municipios esperan ampliar el proyecto de 11 a 30 cámaras para mejorar la seguridad de los sectores.
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