Los incipientes avances de la investigación desarrollada con ocasión del robo a una ferretería en el barrio La Palmita de Villa del Rosario, y el posterior asesinato a bala de un hombre que intentó detener a uno de los atracadores, dejan entrever que en el hecho participaron integrantes de una banda criminal.
La hipótesis de inteligencia judicial toma fuerza por el tipo de armamento empleado en el hurto. Este, según las autoridades, no es el que generalmente usan delincuentes comunes sino las organizaciones criminales bien confeccionadas y estructuradas.
“Pudimos establecer, que por el tipo de armamento, podrían ser estructuras de las bacrim de esa jurisdicción, que salieron a realizar estos actos de delincuencia común”, dijo el coronel Oscar Wilfred López Ortiz, subcomandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
Se trata, en el caso del asesinato, de una pistola calibre 45 milímetros, de la que se tiene referencia por los dos cartuchos hallados en la carrera 7 con calle 16 del mismo barrio, donde fue baleado José Gregorio Amado Quintero por uno de los ladrones.
Investigadores de la Policía, pidiendo reserva de su nombre por no estar autorizados para asumir la vocería, afirmaron que obtuvieron información de que los cuatro hombres que participaron en el robo estaban armados.
“Cuando son delincuentes comunes generalmente no van todos armados y menos con ese tipo de pistola”, explicó la fuente en condición de anonimato. “En este caso los cuatro iban con sus armas. Esto refuerza nuestra hipótesis”.
Pese a que las bacrim se han dedicado al cobro de ‘vacunas’, extorsiones, al microtráfico y a actividades de transporte y logística al servicio de narcotraficantes, el coronel López Ortiz se mostró convencido de que también se dedican escuetamente al hurto a mano armada.
“Siempre se han dedicado al robo. Son unos delincuentes que se dedican a cualquier hecho delictivo que perjudique a nuestra ciudadanía”, aseguró.
¿Iban por $200 mil?
La hipótesis de inteligencia judicial toma fuerza por el tipo de armamento empleado en el hurto. Este, según las autoridades, no es el que generalmente usan delincuentes comunes sino las organizaciones criminales bien confeccionadas y estructuradas.
“Pudimos establecer, que por el tipo de armamento, podrían ser estructuras de las bacrim de esa jurisdicción, que salieron a realizar estos actos de delincuencia común”, dijo el coronel Oscar Wilfred López Ortiz, subcomandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc).
Se trata, en el caso del asesinato, de una pistola calibre 45 milímetros, de la que se tiene referencia por los dos cartuchos hallados en la carrera 7 con calle 16 del mismo barrio, donde fue baleado José Gregorio Amado Quintero por uno de los ladrones.
Investigadores de la Policía, pidiendo reserva de su nombre por no estar autorizados para asumir la vocería, afirmaron que obtuvieron información de que los cuatro hombres que participaron en el robo estaban armados.
“Cuando son delincuentes comunes generalmente no van todos armados y menos con ese tipo de pistola”, explicó la fuente en condición de anonimato. “En este caso los cuatro iban con sus armas. Esto refuerza nuestra hipótesis”.
Pese a que las bacrim se han dedicado al cobro de ‘vacunas’, extorsiones, al microtráfico y a actividades de transporte y logística al servicio de narcotraficantes, el coronel López Ortiz se mostró convencido de que también se dedican escuetamente al hurto a mano armada.
“Siempre se han dedicado al robo. Son unos delincuentes que se dedican a cualquier hecho delictivo que perjudique a nuestra ciudadanía”, aseguró.
¿Iban por $200 mil?
Si los atracadores eran miembros de una banda criminal, ¿por qué se aventuraron a robar tan solo $200 mil y no un botín más grande?
El interrogante generó dos posibles respuestas por parte de las autoridades judiciales y de investigadores privados.
Una de las apreciaciones apunta a que los cuatro delincuentes pretendían llevarse una jugosa cantidad de dinero, razón por la que ingresaron a la ferretería, cerraron las puertas para no levantar sospechas y subieron incluso al segundo piso.
“Es probable que hayan pensado que en el sitio estaba guardado el producido de la semana que finalizaba y se llevaron la sorpresa que no era así”, precisaron los especialistas. “Ante esa situación, les tocó echar mano de lo que encontraron y escapar”.
La otra respuesta se encamina a creer que los cuatro integrantes de la organización criminal se encontraban acorralados, sin dinero, y tuvieron que salir a delinquir por su cuenta y como si fueran independientes.
Según las autoridades, en Villa del Rosario existe un 80% de presencia de hombres del Ejército Paramilitar de Norte de Santander (Epn). En la zona rural de ese mismo municipio se camuflan delincuentes de los Urabeños.
Lograr identificar quiénes fueron los que verdaderamente participaron será posible siguiendo “unas descripciones físicas –aportadas por testigos-. Estamos en la elaboración del programa metodológico para dar con su paradero”, manifestó el subcomandante de la Mecuc.
El oficial añadió que en el sitio fueron recaudados algunos elementos materiales que conducirán a hallar el paradero de los criminales.
“Tenemos unos indicios de prueba que se recogieron en el sitio, como entrevistas, retratos hablados. Se van a entrar a detallar e intentar ubicar a los autores de este hecho”, aseveró. “La poli judicial y la Fiscalía emitirán más adelante detalles que en estos momentos hacen parte de una reserva, pero que se harán públicos”.
¿Heroísmo o imprudencia?
La decisión de perseguir a un ladrón para intentar detenerlo, y que le costó la vida el fin de semana a un hombre en el vecino municipio histórico, es una actuación en la que “se debe tener mucho cuidado”, coincidieron en afirmar varios cucuteños consultados por La Opinión, mientras recorrían las calles del centro de la ciudad. (Ver recuadro de opinión).
Esta premisa incluso fue respaldada por el coronel López Ortiz, quien además dijo que el valor ciudadano no debe llevar a exponer la propia integridad de cada persona.
“Agradecemos a las comunidades que muchas veces nos ayudan a capturar a los delincuentes, pero la información que nos pueda aportar es mucho más valiosa que la exposición de su propia vida e integridad”, explicó.
Estas son algunas de las recomendaciones que se deben seguir cuando se es testigo de un robo, asesinato u otro delito.
- Si ve algunos sospechosos en el sector avise a la Policía para evitar que se registre un hecho delictivo.
- Si se llega a cometer es importante detallar al delincuente de una forma concreta.
- En caso de que se pueda detallar a la persona informe a las autoridades, que son las encargadas de realizar seguimientos.
- Intentar determinar si está armado.
- Si decidió perseguir al criminal informe a las autoridades la ruta que está siguiendo.
- Pedir ayuda a la comunidad, estar solo hace que exponga su vida.
Fuente: La opinion.com

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