En el Parque Bolívar de Ureña, cientos de seguidores del presidente Chávez oran continuamente por el alma de su comandante.
El agitado ritmo fronterizo que despierta con cada madrugada en los límites colombo-venezolanos, que enlazan a Cúcuta con Ureña y San Antonio del Táchira, pareciera retomar su impulso entre estrictos controles militares, un flujo vehicular más nutrido que los últimos días y, unos kilómetros adentro, el dolor y la tristeza que siguen aferrados a los corazones de los tachirenses por la pérdida de su presidente, Hugo Rafael Chávez Fías.
En las aduanas principales de Ureña y San Antonio, las requisas a los carros, a veces minuciosas, y los controles a los motorizados contrastaban ayer con las imágenes de dolor del pueblo, que desde hace dos días acude a la plaza principal a llorar su líder.
Los rostros de los miles de venezolanos que viven en el borde fronterizo hacen innegable el quebranto que atraviesan.
No obstante basta lanzar uno de los interrogantes que por estos días ronda a las distintas esferas políticas del mundo para corroborar que en esos semblantes de dolor, hay también una buena porción de fe. ¿Qué pasará ahora con la revolución bolivariana?
“¡Seguirá viva y para siempre!”, en un contundente tono, casi gritando, Celestina Medrano se quita las lágrimas que bañan sus pómulos, frunce su seño y se explaya en un discurso teñido de sentimiento y revolución.
“Este dolor, tan inmenso, que tenemos en el corazón nos durará para siempre. Pero coño, como siempre quiso él, ¡ni un paso atrás compañero, ni uno solo no joda!”, reafirma esta venezolana, que a sus 49 años asegura no haber sentido nunca un dolor más intenso.
Es quizá esa fe la que los ha mantenido en pie, bajo el sol el frío o la noche, custodiando, orando y honrando las imágenes del presidente Chávez que reposan en la plaza.
En el parque Bolívar de Ureña, frente a la Alcaldía, el extenuante calor no mermó el fervor de los chavistas que, refugiándose en carpas o bajo algún árbol, o simplemente desafiando los rayos del sol, elevaron canticos católicos al cielo y pidieron el eterno descanso del comandante.
En una eucaristía llena de simbolismo, los seguidores del presidente pidieron unidad y fortaleza para afrontar la nueva etapa del chavismo, ahora sin su guía.
“Aquí vamos a seguir acompañando al comandante. Desde Ureña le decimos hasta siempre a nuestro presidente, que partió físicamente pero que sus ideas vivirán por siempre en nosotros”, manifestó Nelson Becerra, alcalde de Ureña.
Entre tanto, el corazón comercial de Ureña y San Antonio ayer mostraba diferentes matices. Luego de la medida tomada por el gobernador del Táchira, José Vielma Mora, que decreta 7 días de duelo en todo el estado, los municipios fronterizos ordenaron de la misma manera suspender todas las actividades, comerciales y administrativas, en ambas localidades.
Asimismo, se conoció que desde el miércoles el alcalde de San Antonio, Juan Vicente Cañas, viajó a Caracas junto a una comitiva integrada por líderes políticos, civiles y comunidad en general.
En las aduanas principales de Ureña y San Antonio, las requisas a los carros, a veces minuciosas, y los controles a los motorizados contrastaban ayer con las imágenes de dolor del pueblo, que desde hace dos días acude a la plaza principal a llorar su líder.
Los rostros de los miles de venezolanos que viven en el borde fronterizo hacen innegable el quebranto que atraviesan.
No obstante basta lanzar uno de los interrogantes que por estos días ronda a las distintas esferas políticas del mundo para corroborar que en esos semblantes de dolor, hay también una buena porción de fe. ¿Qué pasará ahora con la revolución bolivariana?
“¡Seguirá viva y para siempre!”, en un contundente tono, casi gritando, Celestina Medrano se quita las lágrimas que bañan sus pómulos, frunce su seño y se explaya en un discurso teñido de sentimiento y revolución.
“Este dolor, tan inmenso, que tenemos en el corazón nos durará para siempre. Pero coño, como siempre quiso él, ¡ni un paso atrás compañero, ni uno solo no joda!”, reafirma esta venezolana, que a sus 49 años asegura no haber sentido nunca un dolor más intenso.
Es quizá esa fe la que los ha mantenido en pie, bajo el sol el frío o la noche, custodiando, orando y honrando las imágenes del presidente Chávez que reposan en la plaza.
En el parque Bolívar de Ureña, frente a la Alcaldía, el extenuante calor no mermó el fervor de los chavistas que, refugiándose en carpas o bajo algún árbol, o simplemente desafiando los rayos del sol, elevaron canticos católicos al cielo y pidieron el eterno descanso del comandante.
En una eucaristía llena de simbolismo, los seguidores del presidente pidieron unidad y fortaleza para afrontar la nueva etapa del chavismo, ahora sin su guía.
“Aquí vamos a seguir acompañando al comandante. Desde Ureña le decimos hasta siempre a nuestro presidente, que partió físicamente pero que sus ideas vivirán por siempre en nosotros”, manifestó Nelson Becerra, alcalde de Ureña.
Entre tanto, el corazón comercial de Ureña y San Antonio ayer mostraba diferentes matices. Luego de la medida tomada por el gobernador del Táchira, José Vielma Mora, que decreta 7 días de duelo en todo el estado, los municipios fronterizos ordenaron de la misma manera suspender todas las actividades, comerciales y administrativas, en ambas localidades.
Asimismo, se conoció que desde el miércoles el alcalde de San Antonio, Juan Vicente Cañas, viajó a Caracas junto a una comitiva integrada por líderes políticos, civiles y comunidad en general.

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