jueves, 30 de mayo de 2013

La restitución de tierras devuelve la esperanza a miles de personas a lo largo y ancho de Colombia


Cada vez más personas se animan a iniciar la solicitud de restitución de tierras por las garantías que brinda el proceso. José Abel, un campesino de Norte de Santander, es una de esas miles de personas que le apuestan a la restitución.
Antes del desplazamiento José Abel Rodríguez era un recio campesino de la parte alta del Catatumbo, dueño de una extensa porción de tierra a la que cultivaba y mantenía en óptimas condiciones, al mismo tiempo que levantaba un hermoso hogar de cuatro hijos, entre ellos una niña.
La más cruda violencia llegó a la zona. En el año 2000, José Abel y los suyos tuvieron que salir en canoa con lo que tuvieran a mano. Llegaron a un punto de la frontera entre Colombia y Venezuela en donde, tras algunas gestiones, se convirtieron en refugiados del país vecino.
Pero, ni el cambio de país le trajo la tranquilidad. José, quien es experto en la siembra de cacao, yuca, maíz y plátano, así como en la crianza de reses, cerdos y gallinas vio como la ciudad transformó a sus hijos, deshizo su hogar y lo convirtió a él en desempleado. En Venezuela también tuvo que convivir con la violencia y la falta de apoyo.
José Abel no es el mismo, su pelo entrecano y el cuerpo estrecho demuestran la lucha que ha librado por sobrevivir estos años. Sin embargo, su voz y su pensamiento se mantienen firmes, con la convicción de los derechos que tiene sobre sus tierras.
¿Por qué vino a la Unidad de Restitución de Tierras?
Vine porque pueden pasar siglos, pero la tierra que dejé allá es mía. Eso es lo que yo trabajé para mis hijos y nadie me lo puede quitar.
¿Realizó la solicitud, cómo ve el proceso?
Me explicaron todo lo que va a pasar, parece que funciona. Mi finca queda en una parte en que parece que ya no hay violencia, por eso espero que me la devuelvan. Yo ya no creía en nada, porque todo el tiempo me han tenido de un lado para otro, pero puede ser que con la nueva Ley al fin recupere la tierra. La trabajé por casi veinte años.
¿Qué relación tenía usted con el predio?
Yo era el dueño, la había comprado como por 2 millones y tenía una carta de compraventa. Eso se perdió cuando tocó salir corriendo. Me dicen que aún así puedo reclamar y eso me parece muy bueno.
¿Cree que todo puede volver a ser como antes?
Pues volver a ser como antes no creo, porque yo estoy viejo y mis muchachos viven en Venezuela. Ellos ya están grandes y no quieren volver al campo. Pero con la restitución uno puede recuperar la tierra y, ya siendo de uno, pues ponerla a producir y salir adelante. De todos modos tengo familia que puede trabajarla. Para eso los proyectos productivos pueden ayudar mucho. Tengo fe en que todo salga bien.
Fuente: Unidad de restitucin de tierras

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