Con apoyo de las autoridades panameñas, la Policía Nacional ubicó en ese país a Armando Alberto Pérez Betancourt, alias Omega o Camilo, quien fue detenido en una zona comercial de la ciudad de Veraguas, en el centro de esa nación.
“La captura de ‘El monstruo del Catatumbo’, como era denominado este exjefe paramilitar a quien se le adjudican más de 5.200 homicidios, entre ellos los cometidos en la masacre de La Gabarra (Tibú), se hizo con labores de inteligencia combinadas por un grupo del Consejo de Seguridad Nacional de Panamá, atendiendo la circular roja emitida por Interpol que pesaba en su contra”, indicó el director de la Policía Nacional, general Rodolfo Palomino.
El oficial agregó que Pérez había huido tras su desmovilización el 10 de diciembre de 2004, cuando 1.425 hombres del Bloque Catatumbo, que estaban bajo su mando, entregaron las armas en la finca Brisas de Sardinata en Tibú.
“Pérez se había acogido a la Ley de Justicia y Paz propuesta por el Gobierno para juzgar a los paramilitares que entregaron las armas bajo el mandato de Álvaro Uribe Vélez. Sin embargo, luego de estar un año concentrado en Santa Fe de Ralito (Córdoba) huyó junto a los hermanos Miguel Ángel y Víctor Manuel Mejía Múnera, Los Mellizos, y conformó la banda Los Nevados, dedicada a controlar rutas del narcotráfico desde la Sierra Nevada de Santa Marta”, dijo el general Palomino.
El director de la Policía Nacional de Panamá, Omar Pinzón, dijo que el exparamilitar fue apresado luego de recibir información de las autoridades colombianas de que se trataba de un sujeto de alta peligrosidad. Agregó que el colombiano portaba documentación falsa.
Las autoridades colombianas manifestaron que en contra de alias Camilo hay 81 órdenes de captura vigentes por delitos como homicidio, desaparición forzada, secuestro, narcotráfico y otros de lesa humanidad, además de tres condenas ejecutoriadas que suman 120 años de cárcel.
La Policía indicó que Pérez Betancourt es responsable del asesinato de por lo menos 5.200 personas que fueron sepultadas en fosas comunes en fincas de Norte de Santander por parte de integrantes del Bloque Catatumbo que operaron bajo su mando entre 1999 y 2004.
Según las autoridades, Salvatore Mancuso dirigió el adiestramiento bélico de miles de paramilitares en algo que denominó la escuela ‘La Acuarela’, desde donde preparó a sus subalternos para las incursiones armadas en los barrios La Unión, 11 de Febrero y El Triunfo, en Tibú, en las que murieron 21 personas y 5 más quedaron heridas.
“También impuso las conocidas ‘cámaras de tortura’ que utilizaron los paramilitares en varias zonas del país, como una forma de mostrar su poderío y silenciar supuestos colaboradores de la guerrilla”, indicó la Policía.
Bajo las órdenes de Camilo sus hombres habrían abusado sexualmente de 39 mujeres, sometiéndolas, además, a trabajos domésticos en La Gabarra, Campo Dos, El Tarra, Puerto Santander, Sardinata y algunas zonas rurales de Cúcuta.
La Policía aseguró que tras la neutralización de Los Mellizos, alias Camilo huyó a Venezuela y hace cuatro años se instaló en Panamá, donde montó la fachada de ser un constructor.
“Sin embargo, en este país empezó a evidenciar algunas excentricidades que llamaron la atención de los vecinos, pues aunque posaba de constructor, jamás se le conoció un proyecto urbanístico. Además, en su lujosa vivienda parqueaba vehículos de alta gama, lo que llamó la atención de las autoridades que iniciaron su seguimiento”, agregó el general Palomino.
Según las investigaciones de las autoridades colombianas, Pérez coordinaba desde Panamá la salida de personas con droga (‘mulas’), que eran acondicionados en el centro del país y viajaban del Aeropuerto El Dorado rumbo a Europa y Centro América.
Se espera que con la captura de Camilo la verdad de lo que significó el holocausto paramilitar en Norte de Santander pueda salir a flote, pues fue bajo su mando que se cometieron las peores masacres de las que se tenga noticia en la región.
Además, Camilo es el responsable de la rápida expansión del negocio del narcotráfico que se dio en La Gabarra con la llegada de los paramilitares, pues fue él quien coordinó la llegada de Los Azules, el grupo que Salvatore Mancuso encargó de negociar toda la coca que se producía en esta región.
Camilo, un exmilitar que había sido condenado por su participación en un falso positivo, tendrá en su poder, si decide acogerse a la Ley de Justicia y Paz, la posibilidad de contar de una vez por todas la relación que establecieron las Autodefensas Unidas de Colombia con empresarios, ganaderos, autoridades civiles, militares y políticas en Norte de Santander durante los 5 años que duró su influencia en el departamento.
Los últimos golpes a los ‘paras’ del Catatumbo
El 6 de agosto pasado fue capturado en Italia Doménico Mancuso, primo de Salvatore y quien, al igual que este último, fue un reconocido paramilitar en Norte de Santander.
A Doménico lo buscaban las autoridades colombianas por los delitos de homicidio agravado múltiple y concierto para delinquir en calidad de coautor.
Además, era sindicado de haber participado en la masacre de La Gabarra, ocurrida el 21 de agosto de 1999 y donde, oficialmente, murieron 35 personas.
Mancuso también está acusado del homicidio de cuatro alcaldes de municipios de Bolívar y Córdoba, así como de la muerte de un concejal, un exalcalde y un candidato a la Gobernación de Norte de Santander (Tirso Vélez).
La captura de Mancuso, de quien se dice estaba dedicado al negocio del narcotráfico en Italia, país al que había huido de Colombia hace 2 años, se sumó a la de Carlos Andrés Palencia González, alias Visaje, quien fuera el segundo al mando del Frente Fronteras que operó en Cúcuta y su área metropolitana.
Visaje fue capturado en España en noviembre del año pasado, luego de haber huido de Colombia a través de Venezuela y Brasil, país desde donde dio el salto al viejo continente.
Visaje se había fugado de la cárcel el 10 de noviembre de 2010 durante un traslado desde Cúcuta hasta Montería, ciudad en la que rendiría indagatoria dentro del proceso que se le seguía en Justicia y Paz.
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