Un grupo de habitantes llegó hasta la plaza de eventos de Villa del Rosario y destruyó parte de la obra de encerramiento que allí se construye para protestar contra la medida tomada por parte de la alcaldía de privatizar este escenario deportivo.
Las paredes que ya se habían levantado fueron derribadas y además desaparecieron las hojas de zinc que encerraban momentáneamente el escenario.
El disgusto de la comunidad que desencadenó este hecho violento, habría sido porque los ingenieros encargados de la obra hicieron caso omiso a los acuerdos que se pactaron antes de la construcción donde se garantizaba que las paredes que encerrarían la plaza no serían mayores a un metro de altura.
Del lugar desaparecieron 360 láminas de zinc y más de 3 mil ladríllos que habían en el lugar.
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