sábado, 18 de diciembre de 2010

En Villa del Rosario Dolor e Impotencia ante la fuerza de nuestra naturaleza.



Anoche pasaron en vela los vecinos del barrio Antonio Nariño.

La tragedia invernal sigue castigando a Villa del Rosario, ensañándose esta vez con los habitantes de la carrera 11 entre calles 5 y 6 del barrio Antonio Nariño, donde once casas fueron tragadas por la tierra.

Hacían parte de una veintena de viviendas construidas en la ladera de un caño que sirve de límite con el barrio Santander, donde el agua caída en las últimas semanas, sumada a fugas del acueducto y alcantarillado, saturaron el suelo que se ha ido desprendiendo paulatinamente.

Parece un cáncer que está comiendo al frente y a los  lados y está acabando con todo lo que encuentra su paso, dijo uno de los damnificados.

Explicó que antes de que se produjera el deslizamiento, se sintió un fuerte ruido, que parecía  brotar del centro de la tierra.

Producto de la falla del terreno las tuberías de gas domiciliario se rompieron, lo que estuvo a punto de empeorar las cosas porque había el peligro de una explosión. Ante esa situación fue necesario cortar el suministro para todo Villa del Rosario por cruzar por ese sector la tubería principal.

Los postes de la luz se vinieron al suelo, junto con las aceras y  calzada en todo el sector, donde hay más casas que corren peligro, según un primer censo levantado anoche por las autoridades locales, Policía, Defensa   Civil y los Bomberos Voluntarios, que debieron evacuar a todas las personas para evitar pérdidas humanas.

Muchos de los afectados quedaron con lo que vestían, pero otras familias que ya habían sido alertadas del peligro salieron horas antes.

Algunos exponiéndose lograron recuperaron algunos enseres y los  trasladaron a sitios más seguros donde familiares y amigos.

Anoche,los damnificados se preparaban para pasar una de las peores noches de la vida,  muchos a la intemperie, en vigilia, sin luz y sin agua.

La Policía y los organismos de socorro luchaban para mantener a raya a los curiosos, que sin hacer caso a las cintas de protección querían indagar más sobre lo que estaba ocurriendo.

El puente que une a los barrios Antonio Nariño y Santander, que estaba agrietado, terminó de caer.

En las partes alta y baja de Santander también se han venido al suelo varias casas producto de deslizamientos,  y los damnificados permanecen en albergues temporales.

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