Unos 96 ciudadanos colombianos que fueron deportados de Venezuela dijeron que fueron convocados a un mercado, y que luego los detuvieron para deportarlos.
La canciller María Ángela Holguín ignoró la petición del Gobernador de Norte de Santander, Edgar Díaz Contreras, para que no sea tan tímida como lo ha sido la intervención del ministerio de Relaciones Exteriores en la oleada de deportaciones de colombianos por parte de Venezuela.
Con su pronunciamiento, el mandatario no sólo expresó su preocupación por la pasividad con que actúa la Cancillería, sino que también demostró su descontento con esta entidad, que poco lo oye.
“Lamentablemente, siguen los atropellos día a día”, dijo. “Nosotros lo lamentamos y hemos insistido ante la Cancillería para que tome las medidas, pero nos parece que ha sido muy tímida la acción”, señaló.
La Opinión le pidió a la directora regional de Migración Colombia, Claudia Sofía Barón, una respuesta referente a lo dicho por el Gobernador, pero guardó silencio.
Cancilleria: la de oídos sordos
La Cancillería se limitó a suministrar un comunicado con los mismos datos de siempre. Dijo que este año han sido deportados 109 colombianos por su permanencia irregular en territorio venezolano y por el incumplimiento de las normas migratorias, y expulsados seis más por falsedad en documentos.
“Son deportados o por estar haciendo unas compras en los supermercados o simplemente no llevan los documentos necesarios. Seguimos solicitando a través de escritos a la Cancillería para que se tomen todas las medidas que correspondan a este tema”, dijo el gobernador Díaz.
Por su parte, el secretario de Gobierno de Cúcuta, Óscar Gerardino, dio otros detalles que no entregó al Cancillería en su comunicado; por ejemplo, que los deportados provienen de Caracas y fueron internados en el Centro de Migración, unos se fueron y otros se quedaron, pero otros regresaron a Venezuela.
Deilys Muñoz, de Barranquilla, dijo que a muchos colombianos las autoridades venezolanas les tendieron una trampa para que fueran
a comprar comida.
Ella presentó un pasaporte sin sellos de entrada y salida, por lo que fue deportada, pero aseguró que otros deportados tienen hijos y
familia en Venezuela y se devolverían.
“No era la primera vez que yo compraba con pasaporte... Allá nos pidieron el documento y nos separaron para luego montarnos en un bus y devolvernos a Colombia... Todo fue un engaño”, dijo.
Los hombres deportados aseguraron que recibieron tratos inhumanos, pues no recibieron comida por un día. También refutaron señalamientos de las autoridades venezolanas, que les llamaban ilegales.
“Compramos pasaportes en la embajada de Colombia, a 850 bolívares, y a las autoridades de Venezuela eso no les importa. No nos dejaron defendernos”, dijo un deportado.
Siguen operativos
Por su parte, unos 11 venezolanos que al parecern trabajaban de forma ilegal en la Cúcuta, fueron puestos a disposición de Migración Colombia en diciembre.
Desde cuando se hicieron las primeras operaciones, dos venezolanos fueron deportados y uno más fue expulsado.
Dijo Migración Colombia que sería verificada la condición migratoria de los demás extranjeros para respetar sus derechos.
Desde entonces, la dependencia cotró su comunicación con la prensa.
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