Este lunes las familias afectadas se dieron a la tarea de sacar el lodo de los ranchos y rescatar los pocos enseres que el agua no se llevó.
La creciente del río Táchira derribó parte de un muro de contención y penetró al sector de La Playa, en el corregimiento La Parada (Villa del Rosario), afectando a unas 20 familias.
El ímpetu de las aguas derribó paredes y ranchos de tabla, llevándose a su paso enseres, aves de corral y plantaciones, sin dar tiempo para recoger nada, relató Anadiva Prado, que junto a sus hijos fue rescatada por los vecinos al quedar atrapados en una especie de isla en la que quedó convertida la humilde vivienda.
Dijo que la creciente bajó el domingo, a las 11:30 de la noche, cuando ya todos dormían.
El ruido que producía el agua golpeando las piedras y la muralla de protección los despertó, pero ya estaban inundados. Ella perdió los utensilios de cocina y el televisor y la cama se mojaron, pero por fortuna logró ponerse a salvo con el hijo, que es especial.
Hace dos meses llegó de Ocaña y se instaló en una pieza, muy cerca del río, donde paga $80.000 de arriendo, sin saber el peligro al que se enfrenta, especialmente en esta temporada de lluvia.
Más arriba, Ligia Vergel, que tiene cuatro hijos y es jefa de hogar, debió esperar los primeros rayos del sol para regresar al rancho que ocupa desde hace ocho años.
En equipo con los hijos empezó a sacar el lodo y a tratar de recuperar algunas cosas que el agua no alcanzó a llevarse. El mayor no pudo ayudar porque está convaleciente de una herida de bala que sufrió cuando los conductores informales se enfrentaron a la Guardia venezolana en el puente internacional Simón Bolívar, a principios de septiembre.
Ella, como los hijos, se dedica a pasar mercancías por el río desde San Antonio, con lo que se procura el sustento. Hace unos meses fue reubicada en la urbanización El Morichal, que desarrolló la Alcaldía de Villa del Rosario, pero no se ha cambiado a ese lugar porque la vivienda solo tiene una habitación, y además porque está retirada del lugar de trabajo.
Un problema anunciado
Humberto Gómez, que tiene 30 años de estar viviendo en La Playa, dijo que las inundaciones del Táchira son cíclicas, razón por la cual abandonó el rancho que tenía en La Playa y se trasladó con la familia a El Morichal, aunque sigue trabajando como maletero.
Explicó que la muralla fue construida para evitar que el río se meta al barrio, pero la fuerza de la corriente arrastró un tramo de los gaviones y por ese lugar el agua penetra y causa estragos, cuando llueve en la parte alta.
Pidió a las autoridades locales y del departamento la asistencia necesaria para reparar el tramo dañado a fin de evitar una tragedia.
Jorge Bermúdez Hernández, hace un año compró en $5,0 millones una casa a orillas del Táchira, donde se acomodó con los 9 hijos y 18 nietos.
La noche del domingo los sorprendió la inundación y todos debieron salir para evitar ser arrastrados por la corriente. Pagaron una residencia para que los más pequeños pudieran dormir, mientras que los adultos se quedaron en vela cuidando las pocas pertenencias que se salvaron de la furia del río.
Perdieron además de algunos electrodomésticos, gallinas, árboles de lechosa y otras frutas. Ayer en la mañana estuvieron lavando y sacando el barro para que la casa pudiera quedar habitable, porque es el único lugar que tienen.
El angustiado padre de familia dijo que compró de buena fe sin saber que la casa está ubicada en una zona de alto riesgo y ahora no tiene para donde irse, porque todo lo que tenía lo invirtió en adecuar el inmueble.
Hizo un llamado a la Alcaldía de Villa del Rosario para que les ayude a reubicar, porque tiene miedo que el río vuelva a crecer y se ponga en peligro la vida de sus seres queridos.
Dijo que una solución, además de volver a levantar los gaviones, es el dragado del Táchira, para que las aguas puedan correr en línea recta y no se salgan de cauce.
A Marta Arévalo el agua se le llevó hasta los zapatos de los hijos y le desbarató el rancho de tablas y caña brava. Este lunes en medio del lodazal el niño de cuatro años rescató la bicicleta, pero no pudo encontrar los zapatos y debió chapotear descalzo. La mujer, que es desplazada de la zona de Ocaña, clama a las autoridades para que los reubiquen.
Reubicados
La alcaldesa de Villa del Rosario, Emperatriz Misse Millán, dijo que el Táchira al aumentar el caudal se metió al barrio La Playa, en la parada.
Agregó que los organismos de socorro y funcionarios de la Alcaldía se apersonaron de la situación, iniciando las labores de asistencia a las familias afectadas y que por fortuna ninguna persona sufrió heridas que lamentar. Agregó que La Alcaldía ejecutó un plan de vivienda en El Morichal, para reubicar a esas familias, por lo tanto en La Playa ya no debería estar ninguna persona viviendo.
Reiteró que la comunidad debe ser consciente y desalojar el sector con mucha responsabilidad, por el peligro que representa estar junto a un río que puede desbordarse.
“De ese barrio fueron reubicadas 167 familias y no entendemos por qué siguen allí, si ya tienen un techo en un sector más seguro”.
Dijo que debido a la temporada de lluvias otros sectores del municipio se han visto afectados, particularmente el puente que comunica a los barrios Antonio Nariño y Santander, que está socavado en la base.
Reparar el paso elevado requiere una inversión de $180 millones y se están gestionando los recursos, según Emperatriz Misse Millán, que recomendó a las personas tener mucha precaución al cruzar por ese sector.
Dijo que después de una evaluación que hagan los funcionarios de las secretarías de Tránsito y Planeación, se decidirá si se cierra el paso por el puente.
No da tregua
El Alcalde de San Antonio del Táchira, Juan Vicente Cañas Alviarez, reportó dificultades en diferentes sectores del municipio debido a las fuertes precipitaciones caídas en la frontera.
Explicó que cinco derrumbes taponaron la vía San Antonio-Rubio, entre Las Adjuntas y Las Dantas, donde está ubicado el punto de control de la Guardia Nacional.
Ante esa situación la administración municipal desplazó una máquina retroexcavadora, que trabaja para abrir el paso en la importante vía, por donde transita el transporte de carga hacia el interior de Venezuela.
El Alcalde pidió la solidaridad de las autoridades de los municipios Junín, Capacho y San Cristóbal y al Ministerio de Transporte y Comunicaciones, para que habiliten las máquinas que tienen disponible a fin de abrir el paso en el menor tiempo posible.
La situación es compleja y se requiere de bastantes horas máquina, para que hoy se puedan mover las rocas y el lodo que se desprendió de la montaña.
Reportó otros daños en barrios altos y ubicados en laderas susceptibles de deslizamientos, así como en la zona rural.
Alerta preventiva
Para encarar la ola invernal que se ha desatado en el Táchira, que cobró la vida de un bañista en el municipio Andrés Bello, el gobernador César Pérez Vivas, declaró la alerta preventiva.
El Gobernador llamó a la población a mantenerse resguardada cuando se produzcan las precipitaciones, sobre todo aquellas personas que habitan cerca de las márgenes de ríos y quebradas, zonas de alto riesgo y aquellos que acuden a balnearios a manera de recreación.
Civil, Emergencias 171, Corpointa e IVT han desplegado en conjunto una serie de dispositivos para minimizar los contratiempos originados por las contingencias.
En la zona de frontera están trabajando cuadrillas en las carreteras por derrumbes entre San Antonio y Capacho, San Antonio-Peracal-Las Dantas, y fueron enviadas cuadrillas especiales a Peribeca para limpiar los caños y despejar los escombros dejados por el desbordamiento de una quebrada, según Pérez Vivas.

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