miércoles, 2 de noviembre de 2011

Rotación de partidos en las alcaldías


El ascenso del Partido de la U y la exitosa incursión de Cambio Radical en el mapa político de Norte de Santander, se afianzaron como los fenómenos más relevantes de los comicios del domingo, en los que el conservatismo mantuvo indemne sus mayorías al retener 14 alcaldías, el mismo número que alcanzó en el año 2007.

No obstante, la característica más notoria de la jornada democrática tuvo que ver con los relevos de los partidos en el control de las administraciones locales, haciendo que, en muchos casos, la pérdida de unos municipios se viera compensada por el triunfo en otros, marcando una rotación que bien puede reflejar el peso que tuvo el voto de castigo en varias localidades.

El partido menos castigado fue el conservatismo, que logró mantenerse en 9 de las 14 alcaldías conquistadas: Arboledas, Bucarásica, Convención, La Playa, Lourdes, Mutiscua, Pamplonita, Sardinata, y Villa Caro. No obstante, la colectividad azul no pudo conservar las de Labateca y Santiago, que quedaron en manos del Partido de La U; las de Gramalote y Toledo, ganadas por Cambio Radical; y la de Puerto Santander, arrebatada por Afrovides.

En compensación por estas 5 alcaldías perdidas, los conservadores conquistaron las de los municipios de Pamplona, que estaba en manos de La U; Cáchira y La Esperanza, a cargo del desaparecido partido Alas Equipo Colombia (de extracción conservadora); y Herrán y Cácota, a la cabeza de movimientos cívicos.

Los buenos resultados de La U y de Cambio Radical contrastaron con un nuevo, aunque modesto, revés liberal, colectividad  que de controlar 4 alcaldías se quedó solo con tres (Bochalema, San Cayetano y El Zulia, esta última en coalición con CR), todas las cuales estaban en manos del Partido de la U.

No obstante, el liberalismo perdió las alcaldías de Chitagá, El Carmen, Los Patios y Silos. Las dos primeras estaban en manos del Partido de La U, en tanto que la del municipio metropolitano le fue arrebatado a los liberales por el movimiento cívico Los Patios somos todos, del alcalde electo Orlando Sandoval. Silos, por su parte, pasó a manos de Cambio Radical, partido con el que hizo una alianza en estas elecciones para dicha alcaldía.

El hecho más notorio tuvo que ver con el buen desempeño de Cambio Radical, que de estar ausente en los comicios de 2007 se quedó con las alcaldías de Ábrego y Tibú, ganadas hace 4 años por la Alianza Social Indígena (hoy Alianza Social Independiente); y Gramalote y Toledo, regidas desde 2007 por conservadores.

El avance electoral del Partido de la U tuvo, sin embargo, un sabor agridulce. A pesar de ver aumentado en 2 el número de alcaldías, al pasar de 5 a 7, esta colectividad fue la más castigada por los electores, dado que no pudo conservar las administraciones de los 5 municipios con que debutó en las urnas en octubre de 2007.

A manos del liberalismo, el Partido de la U perdió sus alcaldías en Bochalema y San Cayetano; Durania, a manos del Partido Verde; El Zulia y Silos, por cuenta Cambio Radical coaligado con el liberalismo; y Pamplona, su más importante plaza, que quedó en manos conservadoras.

Pese a perder en los citados municipios, la estrategia electoral le permitió a La U migrar exitosamente hacia otros destinos, arrebatándole al liberalismo las alcaldías de Chitagá y El Carmen; al conservatismo las de Labateca y Santiago; y a la ASI Cucutilla; además de llenar el vacío dejado por Alas Equipo Colombia y Apertura Liberal en Salazar y Villa del Rosario, respectivamente, municipios que La U  conquistó derrotando en el primero de estos municipios al Partido Conservador y al liberalismo en el segundo de los casos.

La Alianza Social Independiente, que de 7 pasó a solo 3 alcaldías, retuvo únicamente las administraciones de Hacarí y Teorama, al tiempo que consiguió la de Ragonvalia, despojada a Alas. Perdió, por lo demás, en Cúcuta, donde el triunfo correspondió, como se sabe, al Partido Verde; en Ocaña, que pasó a Autoridades Indígenas de Colombia; y en Tibú, que pasó a ser feudo de Cambio Radical.

El debut de los verdes no se limitó al resonante triunfo en Cúcuta, donde su candidato Donamaris Ramírez derrotó a los partidos de la Mesa de Unidad Nacional, coaligados alrededor de las aspiraciones de Andrés Cristo y Gregorio Angarita. Esta colectividad se impuso en Durania, donde desaloja del poder a La U, y en Chinácota, municipio en el que reemplazará al movimiento cívico Colombia Viva.

Sin voto de castigo de por medio, el Polo Democrático retuvo, por su parte, la solitaria cuota que mantiene en materia de alcaldías, al revalidar sus mayorías en el municipio de San Calixto, el cual gobernará por otros 4 años.

Por último, la liquidación de Apertura Liberal en estas elecciones facilitó que la administración local de El Tarra, en el Catatumbo, pase a ser relevado por Autoridades Indígenas de Colombia, colectividad que queda en la práctica con el mismo número de alcaldías que ostenta el liberalismo.

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