El fuego, el humo y el olor a caucho quemado predominaron durante las seis horas en las que los vendedores informales mantuvieron bloqueado todas las operaciones comerciales y de transporte en las dos principales avenidas que atraviesan el centro, la sexta y la séptima, entre las calles 5 a la 10.
Lo hicieron desde las 2:00 de la tarde, según ellos, en protesta por las condiciones de miseria en las que los mantiene confinados desde hace tres meses la administración municipal en el Parque Lineal.
“Estamos reventados y sin plante, pero más grave aún, aguantando hambre y sin ninguna solución a la vista; por eso nos vimos en la obligación de desafiar a la Alcaldía y a la misma Policía, para que se nos permita trabajar en la calle”, dijo Rocío Valencia, vocera de los vendedores ambulantes.
Dentro de los motivos se encuentra el hecho de que hoy empezó a regir una especie de plan candado policial en la zona central para evitar la proliferación de vendedores en las calles.
Ante la manifestación de los expendedores callejeros de diversa clase de productos, los establecimientos comerciales de esa parte de la ciudad se vieron obligados a cerrar.
Fue de tal magnitud el bloqueo que la Policía se observó impotente para imponer resistencia a los manifestantes y durante toda la protesta se mantuvo casi que de espectadora de lo que estaba sucediendo, salvo en dos intervenciones que hicieron agentes en la avenida séptima con calle 9 para intentar apagar el fuego de varias llantas que ardían enfrente de varios almacenes de telas.
“Estamos esperando refuerzos e instrucciones de la administración municipal para proceder a despejar las vías”, le dijo a La Opinión a las 3:00 de la tarde el comandante del Primer Distrito de Policía de Cúcuta, coronel Alejandro Zapata.
Pero esto no ocurrió en toda la tarde, porque los refuerzos hicieron su arribo a la zona de bloqueo pasadas las 6:30 de la noche, cuando los manifestantes empezaban a retirarse por sus propios medios.
Lo hicieron desde las 2:00 de la tarde, según ellos, en protesta por las condiciones de miseria en las que los mantiene confinados desde hace tres meses la administración municipal en el Parque Lineal.
“Estamos reventados y sin plante, pero más grave aún, aguantando hambre y sin ninguna solución a la vista; por eso nos vimos en la obligación de desafiar a la Alcaldía y a la misma Policía, para que se nos permita trabajar en la calle”, dijo Rocío Valencia, vocera de los vendedores ambulantes.
Dentro de los motivos se encuentra el hecho de que hoy empezó a regir una especie de plan candado policial en la zona central para evitar la proliferación de vendedores en las calles.
Ante la manifestación de los expendedores callejeros de diversa clase de productos, los establecimientos comerciales de esa parte de la ciudad se vieron obligados a cerrar.
Fue de tal magnitud el bloqueo que la Policía se observó impotente para imponer resistencia a los manifestantes y durante toda la protesta se mantuvo casi que de espectadora de lo que estaba sucediendo, salvo en dos intervenciones que hicieron agentes en la avenida séptima con calle 9 para intentar apagar el fuego de varias llantas que ardían enfrente de varios almacenes de telas.
“Estamos esperando refuerzos e instrucciones de la administración municipal para proceder a despejar las vías”, le dijo a La Opinión a las 3:00 de la tarde el comandante del Primer Distrito de Policía de Cúcuta, coronel Alejandro Zapata.
Pero esto no ocurrió en toda la tarde, porque los refuerzos hicieron su arribo a la zona de bloqueo pasadas las 6:30 de la noche, cuando los manifestantes empezaban a retirarse por sus propios medios.
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