lunes, 11 de febrero de 2013

Ganadores y perdedores con la devaluación del bolívar

Uno de los primeros efectos de la devaluación será la pérdida de capacidad de compra de los venezolanos.
 
La medida adoptada por Venezuela para inyectarle más dinero al país y ajustar su creciente déficit fiscal, que hoy llega a 16 por ciento, tiene más efectos negativos que positivos, tanto para los venezolanos como para los habitantes del área metropolitana de Cúcuta.

Aunque el gobierno venezolano insiste en que la devaluación del bolívar frente al dólar es una medida anti-inflacionaria, los analistas opinan lo contrario porque el costo de vida se encarecerá en la misma proporción en que la moneda de ese país perdió su valor.

Los residentes en los municipios fronterizos de San Cristóbal, San Antonio y Ureña experimentarán un debilitamiento en su capacidad de compra y un incremento en el costo de los productos que adquirían en Cúcuta por cuenta de la escasez de alimentos.

Según Giovanni Reyes Ortiz, economista y profesor investigador de la Universidad del Rosario, Venezuela se está convirtiendo en una economía de puerto, que se especializa en uno o dos productos y el resto lo compra en el exterior.

“Cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia en 1999, las importaciones costaban 18.000 millones de dólares, hoy valen 68.000 millones de dólares (…) ese país está importando inflación, haciendo que el poder adquisitivo de los venezolanos en el mercado interno disminuya”, dice el experto.

Con el nuevo tipo de cambio, que a partir del miércoles pasará de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar, el sueldo mínimo de los venezolanos estará en desventaja con el salario que se paga en Colombia, por lo que se estimulará el ausentismo laboral de la mano de obra colombiana, necesaria en la industria del vecino país.

José Rozo, expresidente de la Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras), señala que también se producirá un desplazamiento de mano de obra calificada hacia Colombia, que en los últimos años se ha intensificado por la escasez de productos básicos, la alta inflación y el férreo control de capitales.

“La devaluación incrementará la informalidad y la deserción del trabajo formal para buscar en la ilegalidad mejores ingresos. Ya que las personas dedicadas al contrabando de combustibles, bienes e insumos tendrán un mejor margen de ganancia por la pérdida de valor del bolívar frente al peso”, asegura el exdirigente gremial.

Comercio local

La caída del consumo que se viene registrando desde el último trimestre de 2012 por la devaluación del bolívar por efecto de la oferta y la demanda en la zona de frontera, se acentuará con la medida adoptada la semana pasada por el Ministerio de Planificación y Finanzas de Venezuela.

Según expertos consultados, a diferencia de la pérdida de capacidad de compra de los venezolanos, los colombianos tendrán un alto poder adquisitivo en el país vecino, por lo que se trasladarán en masa a comprar productos de primera necesidad hasta un 50 por ciento más baratos.

Muestra de ello es que durante enero de 2012, el costo de vida en el área metropolitana de Cúcuta creció 0,15 por ciento, inferior al 0,52 por ciento del mismo mes de 2012. A nivel nacional, el dato local se ubicó por debajo de la cifra país, que fue de 0,30 por ciento.

Si la moneda venezolana llega a cotizarse por debajo de los $80, los establecimientos comerciales comenzarían a recortar personal por el bajo movimiento de inventarios de los últimos meses, que de prolongarse, en el peor de los casos, los obligaría a liquidar sus existencias y cerrar locales.

Los comerciantes afirman que la devaluación anunciada no los toma por sorpresa porque desde hace rato se viene sintiendo en la ciudad con las bajas ventas reportadas en noviembre y diciembre, meses en los que se esperaba un buen comportamiento por los Juegos Nacionales y la temporada de Navidad.

Esta compleja situación obligó el pasado sábado a la dirigencia gremial y la clase política a pedirle al Gobierno Nacional la declaratoria de emergencia económica para revertir este panorama y avanzar en el desarrollo de la región con inversión pública e incentivos tributarios.

Carlos Luna Romero, presidente de Asocambios, considera que el precio de bolívar no tendrá un efecto proporcional al porcentaje de la devaluación anunciada por Venezuela (46,5%), porque su valor se fija por el mercado de la oferta y la demanda.

“Creo que hay mucha expectativa por parte de los cucuteños con respecto a las devaluaciones pasadas (1983), pero en este momento el bolívar recuperó valor y terminó el fin de semana en $92 para la venta. Esperemos que pasa el miércoles, pero repito, no hay una relación directa con la devaluación y el precio del bolívar en Cúcuta”.

Impacto sobre las remesas


Según el expresidente de Fedecámaras, José Rozo, las remesas desde Venezuela no tendrán un impacto significativo sobre los ingresos de los colombianos, pues el bolívar se ha ido devaluando frente al peso en el último año y la moneda colombiana ha ganado valor ante el dólar ($1.790). “Si tuviéramos un dólar de $1.900, si tendría un efecto”.

Explicó que si Colombia devalúa el peso, una de las metas del Ministerio de Hacienda y Crédito Público, “eso sí podría afectar o reducir los márgenes de ganancias por remesa. Hoy no porque el bolívar se ha ido depreciando, a medida que se devalúa, se aminora el impacto. Lo que sí podría afectar sería una devaluación del peso y una recuperación del bolívar frente al peso”.

Se estima que el flujo de remesas en 2004 fue de 2 millones de dólares y creció en los últimos años a 9 millones de dólares. “Este incremento se ha generado por la forma como utilizan a personas humildes de uno u otro lado por parte de organizaciones que financian estas actividades y al final se quedan con el grueso del negocio”, dijo Rozo.

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