sábado, 1 de junio de 2013

A pesar del desabastecimiento en Venezuela, no se reactiva el comercio en Cúcuta

En las calles de Cúcuta es muy fácil detectar la venta de productos de contrabando.

Las vitrinas vacías en San Antonio y Ureña no han sido impedimento para que los productos venezolanos lleguen a miles de hogares cucuteños. El contrabando a gran escala sigue abasteciendo de productos básicos a las tiendas y ventas informales.

Makro, uno de los almacenes de cadena con los precios más bajos, reportó una caída en las ventas del 20% en el primer trimestre de 2013, comparado con el mismo periodo de 2012. Esta baja se dio en productos de aseo y carnes.

Jorge Alberto Duque, gerente de ese almacén en Cúcuta, señala que a pesar del desabastecimiento en los municipios fronterizos de Venezuela, el consumo de productos nacionales no se ha incrementado porque los artículos de contrabando están al alcance de todos en las tiendas de la ciudad. 

“A nosotros nos hacen controles y nunca nos han identificado ninguna irregularidad, mientras que en cualquier parte de la ciudad se encuentren productos de contrabando sin restricción”, señaló.

El comportamiento de venta de este almacén es similar al de decenas de tiendas de ropa y de distintos artículos que fueron consultados hace pocos días en la capital de Norte de Santander.

Al recorrer sectores del centro de la ciudad, como las calles 5 y 6, es fácil detectar mercancía de contrabando que se vende a los ojos de las autoridades. Igual situación ocurre en pequeños supermercados de barrios, en donde los precios de productos como la harina pan, son muchos más bajos que los ofertados en el país.

Aunque los artículos de contrabando se consiguen en las calles de Cúcuta desde hace décadas, lo que llama la atención es que el plan de intervención que viene implementando la Dian en todo el país para detener el ingreso de estos productos, no ha frenado las acciones de las grandes organizaciones de contrabando que sirven como proveedores de los vendedores informales.

José Miguel González, presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cúcuta, considera que en este momento, los bajos niveles de consumo de productos nacionales y los altos índices de desempleo, obliga a que las autoridades implementen una estrategia que combine los controles y la cultura ciudadana, puesto que se debe ser consciente que comprar contrabando ataque de frente a la industria local y afecta la economía del departamento.

Los roces diplomáticos desmejoran el panorama

Sumado al golpe que le sigue dando el contrabando a la industria y el comercio local, los roces diplomáticos entre Colombia y Venezuela, desatados por la reunión del excandidato presidencial venezolano Henrique Capriles con el presidente Juan Manuel Santos en Bogotá, genera una gran incertidumbre entre los industriales y comerciantes de la frontera.

En la actualidad, ambos países vienen desarrollando negociaciones en temas fundamentales como la implementación de mecanismos de pago al comercio binacional, teniendo en cuenta que todavía está pendiente la cancelación de la deuda de venezolanos a los empresarios colombianos, adquirida en 2008.

Estas negociaciones todavía no han tenido resultados, lo que preocupa a los representantes de los empresarios, ya que un posible congelamiento de relaciones comerciales con Venezuela, como advirtió el presidente Nicolás Maduro, podría retroceder los pocos avances que se habían alcanzado en materia de intercambio comercial.

El vocero de la Cámara de Comercio de Cúcuta aseguró que todos los sectores esperan que estos roces se puedan superar de la mejor manera, para que se siga avanzando en el Acuerdo de Alcance Parcial que se suscribió con el vecino país para reactivar el comercio.

Rodolfo Mora Mora, presidente de la junta directiva de Fenalco, señala que mientras la región no tenga una infraestructura vial adecuada, la industria nortesantandereana no podrá ser competitiva frente a otras regiones, porque la movilización de los productos es lo más costoso y, por ende, hace que los precios al consumidor sean altos y menos competitivos.

Es por esto, que pensar en otra crisis con Venezuela obliga al Gobierno Nacional a impulsar la industria para no seguir dependiendo de ese mercado.

“La situación fuera diferente si nosotros le estuviéramos vendiendo a Venezuela un producto fundamental como el gas, al tener una oferta de este tipo hacia este país se aminorarían los roces, por lo necesario que resultaríamos para esa nación”, concluyó Mora.

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