27 fueron los casos de homicidio perpetrados durante el recién finalizado mes de septiembre en el estado Táchira, ocurridos bajo la modalidad del sicariato, riñas, enfrentamientos, e incluso durante robos.
Cada uno de estos hechos enlutó un gran número de familias tachirenses por lo que representa la pérdida de un ser querido, y sobre todo de manera tan violenta. Pero sin duda alguna, otros tantos marcaron al colectivo en su ser más profundo, que conmocionado conoció, por ejemplo, del crimen del comisario Luis Monroy, el exjefe del Cicpc-Táchira, ocurrido en servicio los primeros días del mes, al igual que el homicidio de un matrimonio, más recientemente, hecho en el que habría participado una hija de las víctimas, en el municipio Independencia.
También llenó de sangre y violencia este mes, la muerte de tres vecinos del barrio El Paradero, atacados desde un vehículo en marcha; la de un oficial de Politáchira, cuya madre resultó gravemente herida durante el ataque, en la calle 16 de Puente Real; y entre otros, en el municipio Córdoba, el hallazgo del cadáver de un taxista que tenía varios días desaparecido.
El caso del, ahora, comisario jefe Luis Francisco Monroy Gálviz fue suficientemente cubierto en sus detalles más importantes, mediante información oficial proveniente de Caracas.
Ocurrió el 4 de septiembre en la madrugada, mientras lideraba una comisión en una zona boscosa de Guarumito, municipio Ayacucho, en busca de un delincuente paramilitar conocido como Visaje, y tras la búsqueda del productor agropecuario Wilman Parada, quien se encuentra secuestrado desde el mes de julio.
Según refirieron los voceros autorizados desde Caracas, el grupo de funcionarios fue emboscado por integrantes de Los Urabeños, que comenzaron a disparar e hirieron de gravedad a Monroy, en la zona inguinal.
De inmediato, el comisario fue auxiliado por la policía colombiana, que tenía varios días en la zona, también tras la pista del Visaje, y que dispuso de un helicóptero para trasladarlo hasta una clínica privada de Cúcuta, pero lamentablemente murió en el trayecto, por lo que su cadáver fue regresado a territorio venezolano.
Tras la muerte de Monroy, se anunció que dos presuntos paramilitares de ese grupo subversivo fueron abatidos en enfrentamiento. Pero poco después, los familiares de estos hombres, o al menos el de uno de ellos, rechazaron tal versión, al asegurar que a ambos los habían sacado de su finca por la fuerza, y que luego fueron asesinados; situación que creó confusión total.
El otro hecho terrible, atroz, fue perpetrado el 20 de septiembre en el sector Santa Cruz, vía La Reina, que erróneamente las autoridades siempre informaron que pasó en el Páramo del Duende.
El hecho es que allí Primitiva Jaimes Peña, de 47 años de edad, fue torturada y estrangulada por dos delincuentes que, con ayuda de una hija suya, de 14 años de edad, irrumpieron en la finca El Despeje, para cometer un robo.
El padre de la adolescente, identificado como Alirio Pascual Salcedo, de 38 años, también murió, tres días después, a causa de dos balazos. Una tercera víctima, el primo de Alirio, continúa convaleciente.
El Cicpc resolvió el caso en tiempo récord, capturando a los verdaderos responsables y estableciendo la complicidad de la joven en el abominable crimen, la misma que desde un inicio pretendió confundir con falsa información a los investigadores. De hecho, Politáchira capturó a dos jóvenes que finalmente no tenían nada que ver en el caso, todo por los datos falsos que ofreció la chica.
Los verdaderos autores resultaron ser dos alistados de la Guardia Nacional que, junto a la muchacha, todos ya tras las rejas, fraguaron el macabro plan.

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