jueves, 28 de noviembre de 2013

Control de precios agota inventarios en Venezuela

Sin electrodomésticos se quedaron un buen número de almacenes luego de que los obligaron a bajar los precios. El gobierno de Nicolás Maduro acusa a los comerciantes de inflar los precios hasta en un 1.000 por ciento.

“El gobierno montó esta estampida y no previó las consecuencias”, dice María, encargada de una tienda de electrodomésticos de Caracas, con la mirada puesta en los estantes vacíos que dejó la avalancha de compradores, tras las rebajas decretadas por el presidente Nicolás Maduro.

Han pasado casi tres semanas desde que el mandatario venezolano sorprendiera al mundo con su medida contra la desmesurada inflación (54,3% anualizada en octubre), y el frenesí de largas colas y compras compulsivas que se desató en esta y otras muchas tiendas del país ha ido cediendo a medida que se agotaban los productos, rebajados hasta en un 70%.

“Acabaron con todo, y ahora no sé cómo podremos reponer los productos”, declara la encargada de esta tienda en una calle comercial del este de Caracas, mientras controla a las decenas de compradores que entran y salen, algunos visiblemente decepcionados, con las manos vacías. 

De las paredes desnudas cuelgan los cables que antes conectaban los TV de plasma o LCD, los productos más codiciados por los clientes, y los equipos de música, lavadoras y neveras están casi todos vendidos. Ya sólo quedan “electrodomésticos menores”, como radios portátiles, licuadoras, batidoras, maquinas de afeitar o ventiladores.

Una puerta conduce a un pequeño almacén, de unos 60 metros cuadrados, que opera a una décima parte de su capacidad. “Si el gobierno no nos da dólares o al menos se los da a los proveedores para que puedan importar no sé qué haremos”, explica María.

La encargada se muestra escéptica ante las promesas del gobierno de que la reposición de electrodomésticos está garantizada, con anuncios como la importación de 400.000 electrodomésticos Samsung. 

La rebaja de precios, que empezó con electrodomésticos -con la intervención de la cadena de tiendas Daka- y siguió en rubros como ropa, juguetes y repuestos de automóviles, llegó en plena temporada prenavideña, cuando los venezolanos cobran sus bonos anuales, y a pocas semanas de las elecciones municipales. 

A pesar de los llamados de Maduro a moderar el consumo, la avidez de productos se vio favorecida también por la expansión de la liquidez monetaria, un 71% superior a la de hace un año, y la ampliación del límite de las tarjetas de crédito de algunos bancos. 

El gobierno acusa a algunos comerciantes de inflar los precios hasta 1.000%, pero estos atribuyen la inflación a la poca disposición de dólares oficiales. 

“Por ahora no hay nada para Navidad. Si no asignan divisas no se puede importar”, señala otro comerciante. 

A la preocupación por los inventarios se suma la de cómo hacer rentables los comercios tras la entrada en vigor de la ley que obliga a solo tener márgenes de ganancia entre 15 y 30%.

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