Sicarios nuevamente asesinaron a otra niña en el Área Metropolitana de Cúcuta. Esta vez, la víctima fue (*) Leydi Julieth Uribe Villanueva, de 4 años, quien se encontraba al lado de su padre cuando llegaron presuntamente a matarlo.
El caso ocurrió hacia a las 6:00 de la tarde del sábado, en la esquina de la calle 8 con carrera 11 del barrio Gramalote (Villa del Rosario).
En el sitio, Gregorio Uribe Carvajal, padre de la pequeña, atiende una venta informal de gasolina y reside a escasos metros.
“Leydi estaba jugando cerca al papá, con otra niña. Cuando la amiguita se fue, ella quedó ahí paradita sola y entonces llegaron los hombres…”, señaló Leibis Villanueva Hernández, madre de Leidy, quien estaba adentro de la casa y al escuchar los tiros salió corriendo a ver qué pasaba.
La pareja de sicarios llegó en una motocicleta y luego de disparar contra Gregorio Uribe y su hija escapó a toda velocidad. Testigos de los hechos le contaron a La Opinión que el parrillero no se habría bajado de la moto y realizó los disparos en marcha.
Un tío y otro familiar de la niña la transportaron rápidamente en una moto al Hospital Jorge Cristo Sahium, donde llegó sin vida. Recibió un impacto en la parte derecha del tórax y el roce de una bala en un brazo.
Gregorio Uribe fue evacuado en una patrulla policial, con un tiro en una pierna, que no revistió gravedad y se recupera bajo custodia policial.
Leydi Julieth Uribe Villanueva asistía al jardín en el colegio Espíritu Santo. Tenía un hermano de 13 años.
La velación se cumple en la que fue su residencia.
(*) Publicado con autorización de los familiares
El caso ocurrió hacia a las 6:00 de la tarde del sábado, en la esquina de la calle 8 con carrera 11 del barrio Gramalote (Villa del Rosario).
En el sitio, Gregorio Uribe Carvajal, padre de la pequeña, atiende una venta informal de gasolina y reside a escasos metros.
“Leydi estaba jugando cerca al papá, con otra niña. Cuando la amiguita se fue, ella quedó ahí paradita sola y entonces llegaron los hombres…”, señaló Leibis Villanueva Hernández, madre de Leidy, quien estaba adentro de la casa y al escuchar los tiros salió corriendo a ver qué pasaba.
La pareja de sicarios llegó en una motocicleta y luego de disparar contra Gregorio Uribe y su hija escapó a toda velocidad. Testigos de los hechos le contaron a La Opinión que el parrillero no se habría bajado de la moto y realizó los disparos en marcha.
Un tío y otro familiar de la niña la transportaron rápidamente en una moto al Hospital Jorge Cristo Sahium, donde llegó sin vida. Recibió un impacto en la parte derecha del tórax y el roce de una bala en un brazo.
Gregorio Uribe fue evacuado en una patrulla policial, con un tiro en una pierna, que no revistió gravedad y se recupera bajo custodia policial.
Leydi Julieth Uribe Villanueva asistía al jardín en el colegio Espíritu Santo. Tenía un hermano de 13 años.
La velación se cumple en la que fue su residencia.
(*) Publicado con autorización de los familiares
Los siguieron y capturaron
A los pocos minutos, la Policía fue alertada de lo sucedido. Los testigos relataron a las autoridades que los agresores se desplazaban en una motocicleta Yamaha RX-115. El conductor vestía una camisa color blanca con rayas y bluyín, de contextura delgada, y el parrillero, quien disparó, una camiseta negra y bluyín, de color moreno y contextura gruesa. Además, llevaba un bolso terciado.
El coronel Nicolás Zapata, Comandante encargado del Segundo Distrito de la Policía Metropolitana, dijo que con estas descripciones iniciaron la búsqueda de los antisociales, activando un plan ‘candado’ para capturarlos.
Una patrulla de la Policía que hacía recorrido por el barrio Lomitas detectó una motocicleta con dos hombres, que se desplazaba por la Autopista Internacional en sentido a Cúcuta.
Al notar la presencia de la Policía, el conductor de la moto no avanzó más y se desvió hacia el barrio Lomitas, lo que llamó aún más la atención de los uniformados, que iniciaron el seguimiento.
Enseguida, los hombres se detuvieron en una caseta en la calle 8. Rápidamente el conductor se quitó la camisa que llevaba puesta y el parrillero se bajó y pidió dos cervezas. De inmediato, los policías corroboraron las características físicas y la vestimenta y les solicitaron una requisa.
Los hombres se identificaron como: Emerson Douglas Espinosa Ortega, de 18 años, y Abimelec Palacios Méndez, de 33. Ambos fueron reconocidos por testigos como los supuestos autores del hecho de sangre.
“Los dos presuntos sicarios integrarían la autodenominada banda delincuencial ‘Los Urabeños’ y se tiene conocimiento que han participado en otros hechos delictivos”, agregó el coronel Zapata.
A los detenidos no les encontraron el arma de fuego y presumen las autoridades judiciales que le fue entregada a una tercera persona, que al parecer, se desplazaba en un taxi, en cuya identidad y paradero avanzan las investigaciones.
“Tenemos claro que el ataque iba dirigido al padre y queda evidenciado que el accionar de estas bandas criminales no tiene ninguna discriminación y es lo que debe generar el repudio de la comunidad”, concluyó el oficial.
Los detenidos, que hasta el momento han entregado versiones contradictorias, fueron dejados a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía.
El coronel Nicolás Zapata, Comandante encargado del Segundo Distrito de la Policía Metropolitana, dijo que con estas descripciones iniciaron la búsqueda de los antisociales, activando un plan ‘candado’ para capturarlos.
Una patrulla de la Policía que hacía recorrido por el barrio Lomitas detectó una motocicleta con dos hombres, que se desplazaba por la Autopista Internacional en sentido a Cúcuta.
Al notar la presencia de la Policía, el conductor de la moto no avanzó más y se desvió hacia el barrio Lomitas, lo que llamó aún más la atención de los uniformados, que iniciaron el seguimiento.
Enseguida, los hombres se detuvieron en una caseta en la calle 8. Rápidamente el conductor se quitó la camisa que llevaba puesta y el parrillero se bajó y pidió dos cervezas. De inmediato, los policías corroboraron las características físicas y la vestimenta y les solicitaron una requisa.
Los hombres se identificaron como: Emerson Douglas Espinosa Ortega, de 18 años, y Abimelec Palacios Méndez, de 33. Ambos fueron reconocidos por testigos como los supuestos autores del hecho de sangre.
“Los dos presuntos sicarios integrarían la autodenominada banda delincuencial ‘Los Urabeños’ y se tiene conocimiento que han participado en otros hechos delictivos”, agregó el coronel Zapata.
A los detenidos no les encontraron el arma de fuego y presumen las autoridades judiciales que le fue entregada a una tercera persona, que al parecer, se desplazaba en un taxi, en cuya identidad y paradero avanzan las investigaciones.
“Tenemos claro que el ataque iba dirigido al padre y queda evidenciado que el accionar de estas bandas criminales no tiene ninguna discriminación y es lo que debe generar el repudio de la comunidad”, concluyó el oficial.
Los detenidos, que hasta el momento han entregado versiones contradictorias, fueron dejados a disposición de la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía.
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