Los comerciantes de accesorios para motocicletas manifestaron su descontento con la medida tomada por el Gobierno, junto con los industriales y los fabricantes, de vender, a partir de mañana, las motos con el casco de seguridad, porque afecta sus ingresos y solo beneficia a los distribuidores.
“No entendemos a qué juega el Gobierno. Una medida como esta lo que incentiva es el desempleo, porque los ingresos se reducen y nos toca recortar personal para cubrir los gastos de operación y pagar los impuestos de importación”, advirtió Freddy Osorio, propietario de un local en la calle 7 entre avenidas 3 y 4.
Según cálculos de los comerciantes, cerca de 1.000 personas derivan su sustento del comercio de cascos y chalecos. Al día, ellos venden entre 7 y 10 cascos, con un valor promedio de $40.000. Se estima que en los dos primeros meses los ingresos se reduzcan en un 40%, por impacto de la medida.
De mantenerse la comercialización de 1.200 motos al mes, el mercado local dejaría de vender igual número de cascos de seguridad, que representan la suma de $480 millones, según el valor promedio por unidad.
El comerciante Fredy Alba pidió al Gobierno adoptar una estrategia que compense las pérdidas económicas ocasionadas por el pacto, porque los distribuidores van a acaparar el mercado y llevarán a la quiebra a centenares de negocios.
“No es cierto que los cascos que ofrecemos no sean de seguridad, todos lo son. Tenemos de todas las gamas, alta o baja, desde $70.000 hasta $200.000, pero el cliente es el que decide, según la necesidad y su bolsillo”, dijo Alba.
Los comerciantes consultados expresaron que los cascos que compran al distribuidor cumplen con las normas internacionales y las estipuladas por ley colombiana.
Esperanza Arias, empelada, dijo que la medida tiene sus pros y sus contras. Por un lado, favorece a la persona que compra la moto, pero por el otro, se bajan las ventas para la gente que comercializa cascos.
Manifestó que además de venderle a los motociclistas, las ventas al por mayor también se verán mermadas. “A las personas que vienen de otras poblaciones les vendemos entre 30 y 40 cascos al mes, ahora con la nueva norma, la cosa cambiará”.
“No entendemos a qué juega el Gobierno. Una medida como esta lo que incentiva es el desempleo, porque los ingresos se reducen y nos toca recortar personal para cubrir los gastos de operación y pagar los impuestos de importación”, advirtió Freddy Osorio, propietario de un local en la calle 7 entre avenidas 3 y 4.
Según cálculos de los comerciantes, cerca de 1.000 personas derivan su sustento del comercio de cascos y chalecos. Al día, ellos venden entre 7 y 10 cascos, con un valor promedio de $40.000. Se estima que en los dos primeros meses los ingresos se reduzcan en un 40%, por impacto de la medida.
De mantenerse la comercialización de 1.200 motos al mes, el mercado local dejaría de vender igual número de cascos de seguridad, que representan la suma de $480 millones, según el valor promedio por unidad.
El comerciante Fredy Alba pidió al Gobierno adoptar una estrategia que compense las pérdidas económicas ocasionadas por el pacto, porque los distribuidores van a acaparar el mercado y llevarán a la quiebra a centenares de negocios.
“No es cierto que los cascos que ofrecemos no sean de seguridad, todos lo son. Tenemos de todas las gamas, alta o baja, desde $70.000 hasta $200.000, pero el cliente es el que decide, según la necesidad y su bolsillo”, dijo Alba.
Los comerciantes consultados expresaron que los cascos que compran al distribuidor cumplen con las normas internacionales y las estipuladas por ley colombiana.
Esperanza Arias, empelada, dijo que la medida tiene sus pros y sus contras. Por un lado, favorece a la persona que compra la moto, pero por el otro, se bajan las ventas para la gente que comercializa cascos.
Manifestó que además de venderle a los motociclistas, las ventas al por mayor también se verán mermadas. “A las personas que vienen de otras poblaciones les vendemos entre 30 y 40 cascos al mes, ahora con la nueva norma, la cosa cambiará”.
LOS DISTRIBUIDORES
Por su parte, los distribuidores de motos en Cúcuta recibieron con beneplácito el pacto de voluntades firmado entre el Gobierno, los industriales y los fabricantes de motocicletas, porque el casco se convierte en un accesorio más, igual que un espejo o las luces intermitentes.
Édgar Patiño Angarita, director comercial de Auteco, señaló que ya fueron notificados por la ensambladora y está a la espera de que el fin de semana llegue el primer lote de cascos para cumplir con la normativa. “Las motos que se venderán con cascos de seguridad integrales o cerrados son Auteco, Yamaha, Kawasaki, Honda, AKT y Susuki”, precisó.
Agregó que los cascos son fabricados en Colombia, para proteger la industria, y están homologados según la Resolución 1737 de 2004, expedida por el Ministerio de Transporte.
La inversión aproximada de esta iniciativa será de $15.000 millones.
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