miércoles, 23 de enero de 2013

La legislación está llena de posibilidades para los verdugos de los niños

 
La muerte de Eileen Yaritza Ortega Gélvez, de 5 años, ocurrida el lunes en Cúcuta en un hecho que mantiene consternada a la ciudad, y que se suma a la nada alentadora cifra de 105 niños fallecidos de manera violenta en el país, en lo corrido de 2013, volvió a abrir el debate frente a la necesidad de impulsar mecanismos jurídicos más severos contra quienes atenten contra la integridad de los menores de edad.

Gilma Jiménez, senadora de la República y promotora del referendo que buscaba establecer la cadena perpetua para asesinos y violadores de niños -hundido en el Congreso en 2011-, rechazó de manera tajante este nuevo hecho de violencia contra los menores y recordó que la iniciativa que promueve desde el 2008 aún se mantiene viva.

“Los niños son, de lejos, el grupo poblacional al que más le violan sus derechos en este país y pareciera que algunos insisten en no quererlo ver o justificarlo”, insistió la dirigente del Partido Verde.

Jiménez, quien por años ha batallado porque se endurezcan las penas contra aquellos que ejercen la violencia infantil, lamentó las cifras reportadas en los primeros 21 días del año por Medicina Legal que dan cuenta de más de 100 niños muertos en hechos trágicos, y advirtió que este ha sido un mes verdaderamente “negro” para la infancia.

“Todos los días es lo mismo. La muerte de esta pequeñita (Eileen Yaritza) lo mínimo que merece es la prisión perpetua. Este es un crimen horrendo que tiene que quedar claro y sin ninguna consideración para quien haya cometido ese delito”, manifestó Jiménez.

Débil legislación

Para la congresista, lo más preocupante de las cifras registradas en el país y de los aberrantes hechos que día a día marcan la primera plana de los medios de comunicación, con los niños como protagonistas, es la debilidad de la legislación para castigar los diferentes tipos de violencia contra este sector de la población.

“La legislación en Colombia está llena de posibilidades para los verdugos de los niños. De hecho, las penas, no obstante que ya no hay rebaja, sí permiten unas mínimas y unas máximas. Y lo que uno ve normalmente es una aplicación de penas mínimas con el argumento de que el violador nunca había violado a nadie, ni tenía antecedentes”, aseguró la senadora.

Lo mismo reprochó del papel que cumple el legislativo, pues aunque reconoció que son varios los congresistas que han acompañado los temas que involucran a los menores de edad, siempre hay algo que relega a un segundo plano la infancia.

En ese sentido, confesó que uno de los principales obstáculos a los que se enfrentó el referendo de la cadena perpetua en el Congreso fue el miedo. “El miedo a que el statu quo se toque; miedo a que prospere una iniciativa donde priman los mecanismos de participación. El cálculo político incidió también mucho”, señaló de manera enérgica la congresista.

Demanda internacional

Si bien el referendo que pretendía reformar la Constitución para establecer castigos como la cadena perpetua a aquellos que cometan violencia contra los menores de 14 años, se hundió en dos oportunidades, la senadora Gilma Jiménez aseguró que la iniciativa tocará puertas a nivel internacional para que no muera en el intento.

En ese sentido, explicó que el grupo promotor del referendo presentará una demanda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos con el fin de que se refrende el derecho a la participación de los colombianos en la toma de decisiones que afectan a la misma ciudadanía.

“Que queden notificados todos esos hampones que se meten con los niños: tarde o temprano les vamos a caer. Todos aquellos que quieren que nos callemos, que consideren que hablar de los niños es oportunismo, nos importa poco. Vamos a seguir presionando hasta que este país llegue a una situación de civilización, de decencia moral y respeto pleno por lo más importante que tiene la sociedad: los niños”, enfatizó la congresista, quien aprovechó para enviar su saludo de solidaridad a los padres de Eileen Yaritza Ortega Gélvez.

El referendo que promovía la cadena perpetua comenzó a ser tramitado desde junio de 2008 por la entonces concejala Gilma Jiménez, en medio de un amplio debate entre los sectores que apoyaban y rechazaban la iniciativa.

Finalmente, en junio de 2009 este salió victorioso en el Congreso, pero poco tiempo después la Corte Constitucional lo declaró inexequible por errores de procedimiento, por lo que el proyecto de reforma tuvo que ser devuelto al Congreso.

En un nuevo intento por sacar adelante el mecanismo de participación, Jiménez, ya como senadora de la República, volvió a radicar la iniciativa en marzo de 2011, pero después de tan solo dos debates en la Cámara de Representantes la propuesta fue hundida.

En su momento, quienes apoyaron el archivo del proyecto, como el representante Germán Navas Talero, del Polo Democrático Alternativo, explicó que: “El problema está en la deficiente investigación criminal. Lo importante es darles las pruebas a los jueces para que apliquen las penas”.

En ese sentido, argumentó que las penas para quienes atenten contra los menores deben ser resocializadoras y no vengativas.

En medio de esa discusión la iniciativa quedó relegada, sin embargo, la senadora Jiménez ha mantenido en firme su insistencia en promover un verdadero castigo para quienes convierten en víctimas a los niños colombianos.

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