San Antonio Estado Tachira.- Habitantes de San Antonio y Ureña se quejan porque determinados establecimientos comerciales de estas localidades han cerrado sus puertas con el argumento de que al estar bloqueada la frontera, no hay compradores colombianos y por consiguiente las ventas son bajas.
Muchos comercios, de distintos rubros, bajaron la “santamaría” y otros comerciantes que mantienen abierto alegan que las ventas cayeron en un altísimo porcentaje, debido al cierre de la frontera. Alrededor de 60 por ciento del comercio de San Antonio está cerrado. Se mantienen abiertos los abastos y supermercados que venden productos de la cesta básica, en algunos de los cuales incluso se observaron largas colas de gente tratando de comprar determinados artículos como harina precocida, margarina, mayonesa.
Varios establecimientos de los denominados “chinos” están cerrados y en algunos colocaron carteles donde anuncian que abrirán el lunes 9 de diciembre, un día después de las elecciones municipales y cuando se supone estará abierto el paso por los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander.
Esta situación ha causado malestar en compradores venezolanos que acuden a dichos comercios en busca de los artículos que allí venden, pero los han encontrado cerrados.
Los compradores dicen que dichos establecimientos y también los de línea blanca, marrón y electrodomésticos, están cerrados porque sus clientes preferidos son los compradores colombianos, a quienes venden con sobreprecio aprovechando la rentabilidad económica que deja la disparidad cambiaria.
También se conoció que algunos locales comerciales de San Antonio están cerrados porque los administradores y trabajadores viven en Colombia y no pasan por el cierre de los puentes. La zona comercial de esta población luce descongestionada, a diferencia de lo que se observaba días atrás, cuando las calles y las diferentes tiendas estaban abarrotadas de gente.
Zulay Espitia dijo que vive en Llano Jorge, del municipio Bolívar y acudió a San Antonio, específicamente a los establecimientos de los denominados “chinos” a comprar algunos artículos, pero los encontró cerrados.
— No es justo que cierren porque entonces cómo quedamos los venezolanos, a dónde vamos a comprar nosotros si los comerciantes cierran por el hecho de que no vienen a comprar los colombianos. A ellos (los comerciantes) no les conviene vendernos, porque les exigimos precios justos, en cambio los compradores colombianos vienen y pagan al precio que les colocan — dijo la denunciante.
Carmen García, quien vive en la urbanización Libertadores de América, de San Antonio, consideró que “es un abuso y una falta de respeto la actitud que asumen algunos comerciantes. No estamos en contra de los compradores colombianos, ojalá que ellos vengan todos los días, pero no es justo que porque cerraron la frontera, entonces los comerciantes cerraron los locales. No debe ser porque nosotros también necesitamos comprar adornos navideños, otros artículos y pareciera que para nosotros no hay nada”.
Agregó que recorrió varias calles de la zona comercial de San Antonio y se encontró con muchos locales cerrados. “Hacemos un llamado a las autoridades, a las que les competa, para que actúen, porque todos necesitamos”, expresó.
Por su parte, Jorge Hernández, habitante del barrio Simón Bolívar, mientras hacía cola para comprar un kilo de harina precocida, una mayonesa y una mantequilla en uno de los pocos establecimientos donde había dichos productos, criticó la actitud asumida por los comerciantes que cerraron sus locales.
— No sé qué está pasando con los (comercios) ´chinos´ aquí en San Antonio, pareciera que son intocables porque el Indepabis no los ha venido a visitar, tienen los precios a como a ellos les da la gana. Cómo es posible que una bicicletica pequeñita para un niño esté costando 3 mil bolívares, si en otros lados del país valen 600 u 800 bolívares —, declaró.
Además, dijo, desde que cerraron la frontera, ellos tienen los establecimientos cerrados. “Nos gustaría que Indepabis viniera a San Antonio y se percatara de los abusos que cometen determinados comerciantes. Desafortunadamente aquí no tenemos donde quejarnos. El decir de esos comerciantes cuando uno les reclama que estaban abusando con los precios, es que si usted no quiere comprar, los colombianos sí compran. Eso no puede ser pero diera la impresión de que el Gobierno no los quiere tocar”.
Otros compradores de San Antonio también se quejaron de los altos precios que mantienen la carne y el pollo en la mayoría de las carnicerías de esta localidad. Los precios siguen “colombianizados”, hasta 200 bolívares cuesta un kilo de carne, pero hasta ahora ningún organismo del estado ha actuado, para lograr que vendan dichos productos a precio razonable.
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