Así es el drama que viven miles de venezolanos, que traen su pírrico salario para comprar lo básico y se van con casi nada.
A las cinco de la mañana se levantan los venezolanos para poder planear su travesía, cruzar la frontera hacia Colombia y aprovisionarse de alimentos. En Cúcuta una periodista de Caracol Radio acompañó de compras a Tatiana Ronderos, una de las miles de mujeres que a diario lo hacen.
Su sueldo es de solo 60.000 bolívares, que debe estirar entre arriendo, servicios y alimentos. A estos últimos le invierte tan solo 20.000 bolívares, que equivalen a 14.000 pesos colombianos, con los cuales debe hacer mercado para todo el mes. ¿Y qué va a llevar con eso, con tan solo 14.000 pesos?
“Arroz, azúcar, café, harina y papel higiénico; lo básico, no da para más”, dice Tatiana quien con sus ojos inquietos sueña con volver a ver en su país los anaqueles repletos de productos, cosa que no ocurre desde hace años.
Tatiana y otras venezolanas que llegan a Cúcuta ahora se desprenden de todo, de sus joyas de oro, de cachivaches, de la ropa que está en buen estado y hasta de su cabello. Todo lo venden en el lado colombiano para poder comprar algo más. “No hay otra forma de conseguir los alimentos que necesitamos para nuestras familias”, dicen.
El trueque les permite llevar lo mínimo para saciar el hambre. Ya no piensan en tres comidas, tan solo dos o una. Es una situación crítica, no hay dinero y menos productos, por eso cuando los cogen en el supermercado, los besan y dan gracias a Dios. Así se pasean aprovisionándose en una cadena de almacenes del centro de la ciudad capital de Norte de Santander.
Con 100.000 bolívares tal vez pudieran alimentarse mejor, pero la angustia es por la supervivencia. “Llevaba cuatro meses ahorrando, desde diciembre, mirando como conseguía una plática extra para poder venir, hay gente que no lo puede hacer y en un solo producto de lo que se consigue allá se va la plata, es un desastre lo que está pasando”, dice Tatiana con sus ojos aguados.
Las mujeres son las que más atraviesan la frontera, los hombres llevan un dolor de patria y reclaman a gritos el cambio de gobierno. “Nos duele lo que pasa, no sabemos cómo vamos a terminar, el país se desangra”, afirma Óscar Barrios, quien también llegó a Cúcuta con la esperanza de quedarse y empezar a buscar un nuevo rumbo en su vida y en la de sus seres queridos.
Ellos, los venezolanos, son personas en tránsito solo por una necesidad. Están cansados de la prolongada crisis que genera el gobierno de Nicolás Maduro y aseguran que van a continuar en todos los Estados las manifestaciones y que la decisión es clara: no parar para poder reclamar a gritos la democracia que perdió Venezuela hace varios años.
Fuente: Caracol Radio.
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