Millonarios cayó 1-0 en su vista a Gremio, pero sigue en pie de lucha

El equipo colombiano perdió en la ida de los cuartos de final de la Copa Suramericana.

 

En el comienzo Millonarios ilusionó. Frente a Gremio jugaba con coraje, sin complejos. Tenía la pelota, la tocaba (con algo de exceso) y la guerreaba. Pero mantener ese ritmo, de visitante y sin anotar, no siempre es posible. Su hazaña del 0-0 duró 36 minutos hasta recibir el gol, el 1-0 con el que los brasileños liquidaron el juego de ida de los cuartos de final de la Copa Suramericana. Millos no se repuso, aunque quedó con vida.

El equipo colombiano jugaba bien, pero lo hacía al límite. Sin derecho a parpadear. Cualquier error se presentía fatal. Así fue. La defensa se vio sorprendida en un tiro de esquina que cobró Ze Roberto y que cabeceó en insólita soledad Marco Antonio, para marcar el 1-0 que desajustó el trabajo inicial del cuadro azul, que esta vez jugó de dorado.

Para la anécdota del primer tiempo quedaron un remate de Hárrison Otálvaro (12) y uno de Ze Roberto (17), en ambas oportunidades, los arqueros se desentumieron y salvaron sus respectivos arcos.

Ya en la parte complementaria, Millos no se entregó. Tomó un respiro y siguió corriendo, luchando. Sin embargo, cada contragolpe de los brasileños parecía mortal, sobre todo cuando el técnico Hernán Torres, en un acto de valentía, sacó del campo al volante de marca Esteban Ortiz e ingresó a uno ofensivo, Omar Vásquez. Se equivocó. Gremio inquietó con la facilidad que antes no había tenido. Afortunadamente desde el banco Torres no dudó en replantear: Elkin Blanco por Candelo le devolvió el equilibrio al equipo. Menos mal.

Millonarios hizo sus últimos intentos, con un Wason Rentería luchador, pero que no encontró el gol. Tampoco Cosme. Los goleadores se fueron en ceros mientras los brasileños inquietaban: un remate de Gago al vertical, un par de tapadas salvadoras de Delgado y un gol mal anulado para Gremio, sobre el final del juego, cerraron el partido.

Millos no lo hizo mal. Tuvo un buen arranque y, quizás, mereció más, aunque el 1-0 en contra lo dejó con vida para el juego de vuelta.