José Luis Tancredi, el hombre que guió a Millonarios sobre el triunfo sobre Equidad Seguros / Luis Ángel.
En principio era un chiste. Eso de que en Millonarios hiciera falta José Luis Tancredi durante su lesión de seis meses por factura de tibia y peroné, lo decían los hinchas en broma porque desde su llegada al club siempre fue resistido. Ya no tanto. Este semestre se ha convertido en el principal socio de Máyer Candelo y el fin de semana pasado marcó el primero en la goleada 4-0 al Huila. Y este sábado en la victoria 2-0 sobre Equidad en El Campín anotó un gol de tiro libre (48’) y metió un pase al vacío para que Lewis Ochoa asistiera el gol de Wilberto Cosme (56’), que llegó a tres en este torneo.
‘El Gato’ Tancredi fue el más claro de la zona creativa, muchísimo más que un deslucido Ómar Vásquez y que un intermitente Hárrison Otálvaro, que remplazó a Máyer Candelo por lesión (19’). Tancredi recuperó balones en contención, pero también fue el hombre de los pases finales de los que se benefició Wilberto Cosme en varias oportunidades, de hecho desperdició un mano a mano finalizando el juego. También pudo haber anotado en el minuto 26, cuando el remate del delantero se fue desviado tras la asistencia de ‘El Gato’, que hace olvidar sus limitaciones con su vehemencia e ímpetu en la cancha.
De hecho el segundo tanto salió de un pase suyo por el costado derecho a Lewis Ochoa, que asistió hacia atrás a Wilberto Cosme, cuyo remate agónico suspendió el grito de gol de los hinchas por unos segundos. El 2-0 definitivo sobre un equipo siempre complicado como Equidad, que venía de ser eliminado en la Copa Sudamericana pero que no se la puso fácil a Millonarios.
El equipo de Hernán Torres alcanza tres victorias en tres partidos en el semestre y conserva el liderato en solitario. Lo logra así haya lucido tan desorientado en algunos pasajes del juego, porque no todo para Millonarios fue perfecto.
El Talón de Aquiles del club embajador es la punta izquierda. Hárold Martínez, en una jugada, fue incapaz de hacer un pase a un compañero a un metro de distancia, pero preocupa por reincidente. Al minuto 34’ cabeceó una cabeza contraria en lugar del balón, a los 29’ no pisó el balón sino el empeine de un rival, y sus pases confundieron a compañeros y contrincantes. Hernán Torres arrugaba la cara, despelucaba su peinado y renegaba contra el viento. El técnico deberá solucionarlo.
Además, por momentos, este sábado se revivió un fantasma que asustó a tantos durante la era Ríchard Páez: la recomposición de la figura defensiva en los contragolpes rivales. Finalizando el primer tiempo, de no ser porque Mauricio Cuero le pegó al viento y no al balón cuando incluso se había sacado a la zaga y a Nelson Ramos, el marcador se hubiese abierto. Los más acertados en defensa fueron Román Torres (que en el primer tiempo cabeceó en un tiro libre y por poco anota) y Lewis Ochoa, alternativa ofensiva y seguridad posterior. Pedro Franco, en cambio, cometió errores y de hecho fue amonestado (34’) luego de que se le escapara un balón de los pies y tuviera que derribar a Carmelo Valencia.
Pero es mejor corregir en un ambiente positivo, siendo líderes. Es mejor enmendar errores ganando que perdiendo. Eso sí, es mejor tomar correctivos de inmediato, porque el próximo rival (Sábado 7:45 p.m., Directv) es nada menos que Atlético Nacional en Medellín.
‘El Gato’ Tancredi fue el más claro de la zona creativa, muchísimo más que un deslucido Ómar Vásquez y que un intermitente Hárrison Otálvaro, que remplazó a Máyer Candelo por lesión (19’). Tancredi recuperó balones en contención, pero también fue el hombre de los pases finales de los que se benefició Wilberto Cosme en varias oportunidades, de hecho desperdició un mano a mano finalizando el juego. También pudo haber anotado en el minuto 26, cuando el remate del delantero se fue desviado tras la asistencia de ‘El Gato’, que hace olvidar sus limitaciones con su vehemencia e ímpetu en la cancha.
De hecho el segundo tanto salió de un pase suyo por el costado derecho a Lewis Ochoa, que asistió hacia atrás a Wilberto Cosme, cuyo remate agónico suspendió el grito de gol de los hinchas por unos segundos. El 2-0 definitivo sobre un equipo siempre complicado como Equidad, que venía de ser eliminado en la Copa Sudamericana pero que no se la puso fácil a Millonarios.
El equipo de Hernán Torres alcanza tres victorias en tres partidos en el semestre y conserva el liderato en solitario. Lo logra así haya lucido tan desorientado en algunos pasajes del juego, porque no todo para Millonarios fue perfecto.
El Talón de Aquiles del club embajador es la punta izquierda. Hárold Martínez, en una jugada, fue incapaz de hacer un pase a un compañero a un metro de distancia, pero preocupa por reincidente. Al minuto 34’ cabeceó una cabeza contraria en lugar del balón, a los 29’ no pisó el balón sino el empeine de un rival, y sus pases confundieron a compañeros y contrincantes. Hernán Torres arrugaba la cara, despelucaba su peinado y renegaba contra el viento. El técnico deberá solucionarlo.
Además, por momentos, este sábado se revivió un fantasma que asustó a tantos durante la era Ríchard Páez: la recomposición de la figura defensiva en los contragolpes rivales. Finalizando el primer tiempo, de no ser porque Mauricio Cuero le pegó al viento y no al balón cuando incluso se había sacado a la zaga y a Nelson Ramos, el marcador se hubiese abierto. Los más acertados en defensa fueron Román Torres (que en el primer tiempo cabeceó en un tiro libre y por poco anota) y Lewis Ochoa, alternativa ofensiva y seguridad posterior. Pedro Franco, en cambio, cometió errores y de hecho fue amonestado (34’) luego de que se le escapara un balón de los pies y tuviera que derribar a Carmelo Valencia.
Pero es mejor corregir en un ambiente positivo, siendo líderes. Es mejor enmendar errores ganando que perdiendo. Eso sí, es mejor tomar correctivos de inmediato, porque el próximo rival (Sábado 7:45 p.m., Directv) es nada menos que Atlético Nacional en Medellín.
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